jueves, 21 de febrero de 2013

Política e Industria. Los Goya 2013

Soy consciente de que este post llega un poco tarde (y más si tenemos en cuenta que no actualizo el blog desde hace varios meses).

Además, reconozco que no sigo activamente la gala de los Goya desde 2007, asqueado, a la vez que entristecido, por el carácter endogámico de la misma, y por qué no decirlo, del Cine Español en general. En estos últimos años, cada vez que me he enterado que algo interesante sucedía durante la ceremonia (el discurso de Alex de La Iglesia, las intervenciones chanantes, etc...), lo he visto a través de la web de RTVE o de Youtube.

Después de la gala, y al ver las reacciones extremas ocasionadas por ciertos aspectos acontecidos durante la misma, he vuelto a acudir a la red para saber qué era lo que tenía a la gente tan alterada. Durante esta semana he estado reflexionando sobre dichos aspectos.

Lo que más ha llamado la atención, como viene siendo tristemente habitual en estos premios, no ha sido el triunfo de una determinada película (Blancanieves, en este caso), sino las opiniones sociopolíticas de determinados actores, o más bien actrices, dado que las diatribas que más han trascendido son las emitidas por dos estrellas femeninas de nuestro cine. Éstas son Candela Peña y Maribel Verdú, como ya sabe todo el mundo.

Que conste que ambas intervenciones me parecieron tremendamente estúpidas (entiéndase estúpido -siempre lo recalco, por si acaso- como dificultad para comprender). La de Maribel Verdú porque básicamente lo que hizo fue mezclar churras con merinas. Una cosa es aprovechar que te han dado un premio para mandar un mensaje de apoyo a la gente que lo está pasando mal, y otra muy diferente es erigirte en adalid de los desvalidos, cuando evidentemente no estás haciendo nada por ellos. No digo que tengas que hacerlo, ni mucho menos voy a entrar en cuestiones de si antes hiciste publicidad sobre inmobiliarias, o si tuviste una asesoría de este tipo, puesto que toda la información que he leído sobre esto viene de un periódico que ha hecho del periodismo barato y partidista una seña de identidad. Pero no pretendas sacar a nadie del agua sin antes mojarte para conseguirlo.

Sobre Candela Peña prefiero no opinar directamente, al tratarse de un tema extremadamente personal. Quiero creer que nadie es tan miserable como para aprovechar la muerte de su padre como vehículo populista. No sé si es verdad aquello de que, en su día, no presentó ninguna queja directa sobre su problema al hospital que trató a su progenitor, pero prefiero obviar la demagogia de su discurso y creer que dijo lo que sentía.

Más indignante me parece, si cabe, la reacción airada del Ministro Cristóbal Montoro. Alguien que no se ha destacado precisamente por ser muy locuaz a la hora de explicar las dudosas actividades que está realizando al frente del Ministerio de Hacienda, ahora va y nos "revela" que los actores españoles no pagan sus impuestos en nuestro país. Eso sí, nombres lo que se dice nombres, no ha dado. Pero la piedra la ha tirado. Sin dirimir si lo que dice es cierto o no ¿Por qué se toma tan a pecho la circunstancia de que algunos miembros del gremio actoral no paguen supuestamente a Hacienda, y sin embargo no pone el mismo ímpetu en reseñar las obscenas cantidades de dinero que muchos equipos de fútbol han evadido a lo largo de toda su historia? o las de algunos miembros de su propio partido...

Yo soy de los que creo que los actores pueden dar su opinión. Si la da cualquier payaso enterado en el bar de mi pueblo, ¿por qué no lo van a hacer ellos? Otra cosa es que me parezca más o menos demagógico lo que diga determinad@ actor/actriz, pero derecho a opinar tiene. Que sí, que es cierto que el medio que todo artista debería utilizar para expresarse públicamente debería ser el suyo propio (el cine, el teatro, la pintura, la literatura, etc...). Pero el ser humano no se pasa las 24 horas del día trabajando, y en las horas de ocio, o en actos públicos, o en su casa a la hora de comer, habrá algún momento en el que tendrá que dar su opinión sobre algo. Y es absurdo reprimirla.

En el otro extremo estaba Miguel Angel Silvestre, que durante un desfile de moda posterior a la gala, fue preguntado por la polémica, y declinó contestar. Es obvio que toda la situación, con políticos cabreados de por medio, había terminado por intimidarle. Y ése era exactamente el objetivo de Montoro.

El caso es que es difícil para un personaje público lidiar con estas situaciones. Si hablas, como hicieron Maribel y Candela, quedas como un listillo. Y si callas, como en el caso de Silvestre, quedas como un idiota (no digo que lo sea, digo que se ha visto obligado a decir algo que le hace parecer como tal). Es una opinión sin más, no entiendo por qué la gente se tiene que tomar tan a pecho lo que piense o deje de pensar un actor.

A mí personalmente me preocuparon otras cosas de la ceremonia de los Goya, una vez que analizo los premios otorgados, y después de ver algunos vídeos destacados en la red. Todas se pueden resumir en el hecho de que la Academia no parece querer dar un paso adelante. González Macho y los suyos siguen empeñados en salvar el actual sistema, en vez de ayudar a que los cineastas españoles entren en el incipiente modo de hacer cine. Es una pena, porque España históricamente ha ido siempre a la retaguardia de los logros tecnológicos. Parece que en esta ocasión no será diferente.

Lo triste es que, no sólo no están avanzando en nuevos modelos de distribución, exhibición y captación de espectadores, sino que están castigando a aquellos que sí los están buscando. Está muy claro el mensajito que le han dado a Paco León negándole todos y cada uno de los premios a los que optaba su película, Carmina o Revienta, aún cuando ha sido posiblemente la película española con mayor repercusión, después de "Lo Imposible". "Así no", parece ser que le han dicho al actor reconvertido en director. La película, protagonizada por su madre, era la única realizada sin la necesidad de subvención alguna. Además, León se atrevió a acometer la distribución de la misma utilizando portales de internet, al tiempo que la estrenaba en cines. Esto no ha debido sentar nada bien a un estamento que, actualmente, está presidido por el hombre que más salas de cine ostenta en toda España.

En un tiempo en el que muchos estamos abriéndonos paso con el cuchillo entre los dientes, valiéndonos de nuevas incorporaciones tecnológicas (Las cámaras Black Magic, Go pro Hero, Canon Eos en todas sus vertientes, etc...) que dan un aspecto a nuestras imágenes tan digno como para competir en cualquier sala con películas de presupuesto mucho mayor (Las mencionadas Black Magik y Go Pro Hero son capaces de grabar imágenes con una resolución de más de 2,5 K, la estándar en las pantallas de cine, a precios muy, pero que muy asequibles); La Academia de Cine está optando por mirar hacia otro lado. Y no parece que tenga intención de cambiar de punto de vista, por lo menos mientras González Macho esté en la dirección del ente.

A todos se les llenó la boca durante la gala con la palabra "Industria". Si no se da pie a las nuevas tecnologías y a los nuevos talentos (y lo siento, pero esos que Ustedes han escogido a dedo no son nuevos talentos, son sólo el relevo para que la ensalada endogámica que es el gremio "oficial" del cine Español siga aliñándose), desde luego, lo que no habrá será industria. Lo que habrá será la misma chapuza de siempre.