viernes, 12 de octubre de 2018

CARTA ABIERTA A AMARO PARGO.

O de por qué me he desvinculado de la película que dirigí sobre el célebre corsario. 

Estimado Amaro Pargo:

Permíteme que te llame por tu nombre de guerra. Creo que a estas alturas tenemos un cierto grado de confianza. Antes que nada, déjame advertirte que esta carta va a ser larga. Son muchas las cosas que tengo que explicarte.

Durante este último año, son varias las ocasiones en las que he querido escribir algo referido a mis desventuras durante la realización de la película que dirigí sobre ti, pero siempre me retractaba, porque no quería hacerlo desde la rabia. Hoy escribo desde la resiliencia, aunque no sin la lástima que siempre evoca decirle adiós a algo o a alguien. Hoy además, te escribo directamente a ti, sin intermediarios, como tú hacías con tus negocios, allende los mares.

¡Qué irónica es la vida! Todos estos años te acusaron de ser un pirata, y justo cuando sale una película que demuestra lo que en realidad fuiste (un corsario legitimado por el Rey, un empresario con “derecho a roce”), llegan dos piratas y se apropian de dicha película.

Créeme que cuando descubrí lo que estos dos personajes estaban tramando, luché con todas mis fuerzas para evitarlo. Pero he de serte honesto, yo firmé los términos del contrato del que ahora se están aprovechando. No te lo tomes a mal, pero siempre consideré tu película un encargo. Sí, puse todo de mi parte, con los recursos que tuve en mi mano, para que el resultado fuera el mejor posible. No podría mirarme al espejo de no ser así. Creo que hay cosas que pude hacer mejor, y cosas de las que estoy realmente orgulloso. Pero, aunque es difícil decirlo (habiendo hecho sólo dos documentales largos), la realidad es que, teniendo en cuenta el tono del trabajo que vino antes de este proyecto (“Héroes Modernos”), y de la obra que ya estoy rodando actualmente (cuyas siglas son A.D.J.A.A.), y aún habiendo posibles coincidencias reseñables; lo más probable es que tu película sea una rara avis dentro de mi aún incipiente filmografía.

Influye también el hecho de que llegué al proyecto como medida de emergencia, dado que cuando me contrataron faltaban sólo 6 meses para la fecha de entrega establecida por Radio Televisión Canaria, según lo estipulado en el contrato de pre-compra que ya habían firmado. Enviar el proyecto en fecha era vital para cobrar el dinero subyacente de ese contrato. El anterior director había visto ya a los piratas desenvainar el sable, y prefirió apartarse para que no le degollaran (aunque esa no fue la versión que me trasladaron a mí). Qué pena que no nos conociéramos durante el proceso de transición, porque hablando con él recientemente, no me cabe duda de que me hubiera advertido de no embarcar en esa nave. También hubiera agradecido entonces que, en este gremio Canario en el que tantos y tantos gustan de vomitar porquería sobre otros compañeros, como hidalgos de la pulcritud del cine patrio, hubieran puesto en marcha sus entrenadas lenguas para advertir públicamente de determinadas cosas que ya se sabían sobre uno de los dos piratas de los que te hablo. Pero eso, querido Amaro, nunca sucedió. Es muy fácil patear a un compañero director (al fin y al cabo, somos los “últimos monos” del gremio), pero para criticar a alguien que en un futuro puede contratarte, no sólo basta con tener la lengua entrenada. Para eso hace falta tener bemoles.

No te lo tomes a mal, no me arrepiento de Estructurar, editar, postproducir, musicalizar y dirigir tu película. Fue algo que hice con todo el cariño del mundo. Es más, gracias a ti trabajé con gente que merece mucho la pena, y conocí a La Siervita, que hoy en día considero uno de los personajes más reseñables de la Historia de Canarias. Sin embargo, de haber sabido que la cosa acabaría así, me habría ahorrado el esfuerzo para invertirlo en otros proyectos mucho más personales.

Sólo me gustaría aprovechar el momento, si me lo permites, para desmentir algunos aspectos que he visto publicados a lo largo de estos meses en algunos medios del archipiélago que, o bien me ningunean como cineasta, o bien no me dejan en buen lugar, y que son rigurosamente incorrectos, cuando no directamente invenciones. Vamos al grano:

1. AUTORÍA DEL GUIÓN.

No es correcto que el Investigador (o documentalista, o por qué no decirlo, el productor real) sea el guionista de esta película. En un principio, cuando aún estaba en el proyecto su director original, iba a ser un docudrama, o falso documental, e iba a estar escrito por el propio director y por el investigador. Esto se descartó enseguida en la primera reunión que yo tuve con el investigador (que, como dije, a su vez era productor) cuando me contrató. Fue una de las condiciones que puse para aceptar el proyecto. En primer lugar, porque no me apetecía trabajar ese formato, y en segundo lugar (pero no por ello menos importante), porque consideraba que esto era una opción personal del anterior director, y (llámenme maniático) sentía que no era correcto por mi parte “mancillar” una idea que era suya, escribiendo un guión distinto.

NUNCA HUBO UN GUIÓN EN ESTA PIEZA. El Investigador no sabía cómo se escribían los guiones de documentales. Esto no lo digo por maldad, aunque me lleve mal con él, es una simple realidad. Él hizo muchas cosas muy bien, pero esta no fue una de ellas. Le pedí varias veces que me hiciera una escaleta (lo que viene siendo de facto un guión en un documental, dado que ni los diálogos ni las escenas están escritas de antemano, sino que las capta la cámara en vivo)... Hasta que comprendí que simple y llanamente, no sabía hacerlo. Tenía programadas unas entrevistas a determinados expertos, y una serie de preguntas que quería hacerles a dichos entrevistados. Sí, podría considerarse eso como parte argumental de la historia. Pero el guión, o lo que viene siendo la estructura, el esqueleto de la historia, se construyó única y exclusivamente en el montaje, que realicé yo, con ayuda de Ado Santana.

Además, el único elemento literario que utilizamos, es un extracto del Libro La Leyenda de Amaro Pargo, de Pompeyo Reina. Así que tampoco se puede considerar al investigador como autor literario de la cinta. Por cierto, esto fue la única idea que “robé” del anterior director, porque me pareció una forma original de dar continuidad a la historia.

Y, perdóname que me ponga la chapa, pero la decisión más importante a nivel de narrativa, también la tomé yo. En un principio, estaba establecido que íbamos a grabar una escena recreando el momento en el que el pintor José Rodríguez de la Oliva realizaba un retrato sobre ti (que hoy se encuentra desaparecido). Esta escena estaba planificada (y negociada) desde antes que yo llegara, pero iba a ocupar un espacio pequeño en el metraje. Sin embargo al analizarla, me pareció buena idea convertirla en el núcleo central de la trama.

Fue ahí, de hecho, cuando decidí que la premisa del filme no iba a ser exactamente desmantelar los mitos sobre ti, sino que directamente íbamos a tratar el enfrentamiento entre realidad y leyenda, con el que siempre tiene que lidiar una figura histórica, como lo eres tú.

La leyenda, aunque en un principio iban a ser escenas de imagen real, acabó siendo representada por las ilustraciones de un dibujante profesional (no quiero nombrar a nadie del equipo para no meterles en un asunto personal), que fueron posteriormente animadas por mí en el programa after effects. Y la realidad estaba representada por ese retrato pictórico, que iba construyéndose, fase a fase (boceto, coloreado, etc.), hasta que, el final de la cinta, por fin, teníamos un retrato completo de tu figura. Para mí, tu película siempre trató de eso, de profundizar en tu historia hasta dar con una representación realista de tu persona. Pero como travesura final (SPOILER), decidí enlazar en montaje ese plano de tu retrato pictórico, con la ilustración final que había creado nuestro dibujante, en el que se te veía con ese porte de corsario temible de novela de aventuras (FIN DEL SPOILER). De ese modo dejaba claro que, en tu caso, realidad y leyenda, nunca dejarían de enfrentarse, y que era decisión del propio espectador elegir con cual de las dos imágenes prefería recordarte. Cual de las dos imágenes iba a perdurar en el tiempo.

Esto iba claramente en contra de los intereses del Investigador, que ansiaba dar una imagen determinada sobre ti, como una especie de Steve Jobs lagunero. No te me ofendas hombre, sé que hiciste mucho bien por tu sociedad, pero siempre detesté el tono edulcorado que muchos han intentado mostrar sobre ti, aunque no me quedó más remedio que ser partícipe de ello (insisto, tu proyecto fue un encargo de última hora, y tuve que trabajar con los mimbres que había a mi disposición). De verdad, no entiendo qué hay de malo en hablar de las caras oscuras de una persona, y más si es un personaje histórico. No puede existir la Luz sin las Sombras, aunque cada vez parezcamos entenderlo menos en esta sociedad tecno-puritana en la que vivimos.

Terminando con este tema, si te fijas en los créditos iniciales (a no ser que los hayan cambiado, cosa que, hasta donde llega mi información, no ha sucedido), NO EXISTE EL CRÉDITO DE GUIÓN. Sólo se lee el de ESTRUCTURA, firmada por un servidor y por el documentalista. Lo indiqué así para reconocer el trabajo que ambos habíamos hecho para hacer funcionar la trama, sin faltar a la verdad.

2. CONFLICTOS Y SUPUESTOS GASTOS ADICIONALES.

El otro personaje en discordia, el Productor de la película, concedió una entrevista a Alegando Magazine (con quienes no tengo ningún problema, y de hecho han sido de los pocos medios que han reconocido mi autoría en la pieza). Cuando se le pregunta por los momentos más complicados durante el proceso de realización, responde esto: “(...) hubo conflictos entre el investigador y el director. Tuve que mediar para que la integridad final del filme no se viera afectada, tomando una serie de decisiones acordadas con el director que hicieron que el filme tuviera el nivel de calidad actual que posee. Dichas decisiones evidentemente tuvieron su repercusión en un aumento de los gastos de la producción, pero todo se hizo en aras de poder cumplir con los compromisos que había establecido como productor”.

Vamos, que según él, por culpa de una trifulca entre el investigador y yo, la película se encareció. Vamos por partes.

Es cierto que hubo un conflicto entre el investigador y yo. Fue un conflicto creativo, durante la fase final del proceso de Postproducción. Creo que todos en el equipo saben que tuve un talante bastante colaborativo durante todos los procesos de realización. Pero en este caso concreto, aunque acepté de buen grado algunas de sus sugerencias, consideré que ni la actitud del investigador era razonable con respecto a determinadas exigencias (quería cortar frases de entrevistados que no decían lo que a él le interesaba que dijeran, o en el peor de los casos, ordenar las palabras de estos como si estuviera editando una declaración escrita para un periódico…); ni mucho menos el momento adecuado para hacerlas (cuatro días después de una reunión donde, supuestamente, ya habíamos aclarado todo lo que necesitaba corregirse). Así que impuse mi criterio como director. No había en mi contrato nada que me supeditara a su criterio de productor-investigador, por lo que no tuvo más remedio que aceptarlo, aunque luego se vengó de la forma más ruin posible, escribiendo una nota de prensa en la que se me mencionaba vagamente como un técnico más del equipo, y no como uno de los autores principales de la obra.

También es cierto que el productor tuvo una actitud conciliadora, pero es FALSO que tuviera “que mediar para que la integridad final del filme no se viera afectada”, o que tomara ninguna decisión creativa que ayudara a que la película tuviera “el nivel de calidad que actualmente posee”. La decisión ya estaba tomada por mí, con todas las consecuencias que acarreó después.

Particularmente flagrante es el fragmento que dice: “Dichas decisiones evidentemente tuvieron su repercusión en un aumento de los gastos de la producción, pero todo se hizo en aras de poder cumplir con los compromisos que había establecido como productor”. Esto es RADICALMENTE FALSO. No hubo gastos de producción extra debidos al conflicto entre Investigador y Director. En ese instante, ya la película estaba casi completamente editada (incluso con la música insertada, ya que yo personalmente suelo terminarla antes de empezar a editar). Sólo faltaba pulir ciertos aspectos, añadir la rotulación típica de las obras documentales (nombres de entrevistados y oficios, etc), que el director de Fotografía corrigiera el color, y que el Sonidista masterizara la pieza (procedimientos que, como sabe la gente del gremio, se realizan al final, cuando ya no se va a tocar nada del montaje final).

De hecho, querido Amaro, analizándolo detenidamente, no hubo gastos extras en la producción, aunque el productor erróneamente se referirá a un determinado momento que sucedió meses antes del conflicto y que voy a relatarte enseguida:

En un principio, ellos habían acordado con un actor amateur interpretar las partes legendarias de tu vida (esto fue un año antes de mi contratación). Dicho actor se ganaba (y se gana, creo) un dinero extra haciendo guías teatralizadas para turistas que acuden a los viñedos de Tegueste que en su día te pertenecieron. Contratar a dicho actor les resultaba muy conveniente, porque poseía su propio atrezzo y vestuario, que él mismo había desarrollado, tras años de “representarte”, y además, iba a ser uno de los entrevistados, así que prácticamente teníamos un tres por uno. Pero la cosa ya desde que llegué no pintaba muy idílica. Por más que quise contactar con este actor antes del rodaje, resultó imposible (lo cual, ya de por sí, no me gustó nada, pero estábamos a contrarreloj, así que tuve que apechugar con ello).

El caso es que, cuando por fin pude ver el vestuario poco realista que él poseía, y su forma de “interpretarte”, además de una actitud que no consideré adecuada (una vez que intenté hacer mi trabajo, es decir, dirigirle; y que él hiciera caso omiso de mis indicaciones), decidí que no estaba interesado en que su trabajo apareciese en la película. No tengo ningún problema con el personaje que él mismo se había construido para representarte, y que tenga ansias de publicitarlo en un documental, pero me corresponde a mí como director decidir si estoy dispuesto a permitirlo. Y en este caso concreto consideraba que rompía totalmente con el tono de lo que estábamos haciendo, gracias al excepcional trabajo de todo el equipo, así que opté por prescindir de su intervención actoral. Ojo, no digo que su labor como actor sea mala. Simplemente digo que no casaba con el tono realista con el que estábamos tratando tu persona.

Pero, en cambio, sí estaba muy contento con su entrevista (negociada antes de mi llegada, por cierto), dada su locuacidad, y su particular punto de vista, más ligado al saber popular que a la docencia (lo cual le daba una nota de color al conjunto, porque ya teníamos varios expertos sesudos en el reparto de entrevistados). Así que, aunque prescindí de su esfuerzo interpretativo, quise contar con él en su condición de divulgador de tu figura.

Reconozco que no vi venir el problema. Resulta que el productor y el investigador habían acordado pagarle una cantidad de dinero determinada, por un día de trabajo. Una vez que le dijeron que no íbamos a rodar sus escenas, el Actor se negó a que su entrevista apareciera en el montaje final si no le pagaban el dinero acordado. Para colmo, el productor traspapeló el documento que dicho actor había firmado, en el que cedía sus derechos de imagen para la entrevista.

En ese instante, me las estaba viendo muy apuradas para hacer de aquel metraje que teníamos, un largo documental de 52 minutos (tal como pedía RTVC). Las entrevistas eran parte crucial del contenido con el que estaba estructurando la historia. Así que fui expeditivo: “No me voy a quedar sin diez minutos de material por culpa de no hayáis hecho el trabajo de producción correcto. Pagadle lo que hayáis acordado”. No fue una decisión fácil, porque incluso a mí me parecía un precio alto (aún aunque se hubiera dado el caso de que hubiéramos rodados sus escenas). Y, de hecho, estaba realmente cabreado. Durante meses les vi racanear hasta el último céntimo, no sólo a mí, sino a varios miembros del equipo. No voy a entrar en detalles escabrosos, pero yo particularmente había vivido una situación muy dantesca relacionada con la ansia de ahorrarse el tener que pagarme un hospedaje en La Laguna (localización central) durante los días de rodaje (tal como habíamos acordado previamente). Así que me producía especial estupor que hubieran negociado pagar una cantidad tan elevada a un actor no profesional, cuando un buen amigo mío (y uno de los mejores actores de Canarias) cobraba mucho menos por día trabajado en una serie con bastante más presupuesto que nuestra cinta. Pero más estupor me producía que por esta chafalmejada fuera a perder bastantes minutos de metraje, faltando menos de 3 meses para la entrega. Así que me planté, y el productor pagó el montante negociado. Luego supe que el Investigador realmente me odió por esto.

Por tanto, técnicamente no hubo ningún gasto extra en este instante, dado que ese dinero ya estaba presupuestado.

Surgía entonces otro problema. Había que recrear tus escenas legendarias, pero cada vez se veía más evidente que iba a ser muy complicado hacerlo en imagen real con el presupuesto que teníamos, sin romper el tono del conjunto. Yo había pensado hacerlas con animación, pero también se nos iba de presupuesto. El último día de rodaje, El director de Fotografía y la Ayudante de Producción me comentaron que tenían un amigo dibujante/ ilustrador que sería muy adecuado para recrear esas escenas. Me enseñaron su página de ilustrador en facebook, y la verdad que me gustó mucho su trabajo. Empecé a darle vueltas y pensé que quizá podría encargarle unas cuantas ilustraciones, en las que se reflejaran algunas de esas leyendas, que luego yo animaría sutilmente en After Effects.

Este ilustrador (antes me referí a él como el Dibujante) cobró muy, muy, muy por debajo de su caché habitual, como favor a sus amigos. Sí, la cantidad que se le pagó podría considerarse un gasto extra… De no ser por un pequeño detalle: Cuando yo entré en el proyecto, sólo iba a ocuparme de Editar y dirigir. Pero como llevo varios de mis largos y cortos encargándome también de la música, y estaba muy interesado en aportarle a la cinta un tono sonoro oscuro, que se iba haciendo más luminoso conforme la trama desvelaba cosas sobre ti, además de que me apetecía darle un cierto toque electrónico (en contraste con el clasicismo que suele verse en los documentales históricos); les propuse encargarme yo mismo de ella. Para que no pensaran que estaba intentando acaparar sueldos, les ofrecí algo de lo que me arrepiento (porque ya de por sí el dinero que tenían presupuestado no era gran cosa). En lugar de pagarme el montante total que ellos habían separado para la BSO, yo sólo les cobraría la mitad.

La cantidad que se ahorraron de pagarme a mí, fue la que utilizaron posteriormente para contratar al ilustrador (de hecho, el Investigador y yo le planteamos al productor esta posibilidad). Es decir, que el dinero que le pagaron al ilustrador, se lo habían ahorrado previamente con mi trabajo como músico. De modo que tampoco hubo gasto extra en este aspecto.

Es más, querido Amaro, hay algo que el productor omite deliberadamente, aunque esta gestión no la hizo él. Yo di parte de mi sueldo, con el propósito de tener más ilustraciones en el filme, dado que según ellos, ya habíamos tocado techo en el gasto de producción. Como, por encima de todo, quería hacer una buena película, propuse descontar una determinada cantidad de uno de mis pagos, y que fuera destinada al ilustrador/dibujante. Así se hizo, y pudimos contar con más ilustraciones. Si el investigador es honesto, reconocerá esta circunstancia.

Por tanto, no sólo no hubo gastos adicionales por mi culpa, sino que obtuvieron un superávit (mínimo, eso sí) de gasto.

OTRAS ACLARACIONES.

Déjame que te aclare algo, porque sé que el productor utilizará esto como argumento (ya lo hizo, hace tiempo).

Yo cobré correctamente todos mis emolumentos por hacer este trabajo, y además los cobré al día.

La secuencia de pago, condición sine qua non para aceptar el encargo, fue la siguiente: Una parte por adelantado; la segunda una vez rodado el proyecto; y la tercera y última, una vez que el proyecto fuera entregado a RTVC, que estos dieran el visto bueno al trabajo, y pagaran por él.

El resto del equipo negoció en su día no cobrar nada hasta que RTVC nos hubiera pagado por el trabajo. Quiero aclarar esto, porque seguramente el productor intente utilizar esta circunstancia en mi contra. El resto de técnicos del equipo trabajó sólo en el rodaje, que duró unos 13 días, repartidos en tres semanas si no recuerdo mal (a excepción del responsable de sonido, que estuvo dos semanas más trabajando en la masterización de sonido, y el director de fotografía, que hizo el etalonaje por puro amor a su trabajo, dado que no le pagaron un duro por ello).

Posiblemente, si esa fuera mi circunstancia, la de trabajar sólo esas jornadas de rodaje, no me importaría haber esperado a cobrar de RTVC, pero lo cierto es que no era así para nada. Como director y editor del proyecto tenía que estar desde finales de Enero hasta mediados de Julio, invirtiendo en él muchísimas horas porque, como te dije, estábamos a contrarreloj. Les hice saber a Productor e Investigador que si querían dedicación plena al proyecto, tenía que cobrar al día. Puedo permitirme el lujo de trabajar sin cobrar tres semanas. Pero no puedo permitirme el lujo de trabajar sin cobrar hasta dentro de 6 meses. Es así de simple. Y esto sí tengo que resaltarlo, el Investigador estuvo a tope con esta circunstancia desde el principio. Sé que a muchos les extrañará que tenga que justificar exigir mi salario al día, pero lamentablemente, no cobrar cuando se debe es una práctica habitual en el gremio del audiovisual.

Por cierto, Productor, deberías estar dándote con un canto en los dientes, porque mira que te salí barato. Yo he sido meritorio de dirección en rodajes donde se trabajaba menos y se cobraba lo mismo que yo gané por 6 meses, en dos semanas.

No te sulfures Amaro, ya sé que tu vena comercial ahora mismo está que trina. Te aseguro que otros productores no tendrán esa bicoca. Fíjate, abrirme los ojos con respecto a eso, sí se lo agradezco al productor.

HASTA LUEGO.

Una vez aclarado todo lo anterior, Llega el momento de concluir esta carta.

Perdóname que lo exprese de esta manera, estimado corsario, pero quiero darte carpetazo, o por usar un símil adecuado, tengo que quemar tus naves. Me encantaría ir a las proyecciones de tu película con orgullo, a hablar sobre lo mucho que me fascinas, con tus luces y tus sombras. Me encantaría estar ahí para hacerte justicia. Pero simplemente, no estoy en potestad de ello.

El productor y el investigador decidieron en su momento que iban a promocionar el estreno en RTVC sin contar conmigo (El productor, de hecho, lleva un año distribuyendo el filme sin invitarme a las proyecciones). No sólo no se conformaron con eso, sino que ambos se apropiaron de la autoría de la película. El investigador salió en una larga entrevista en el medio para el que habitualmente escribe (y uno de los que menos profesionalidad han demostrado con este asunto), atribuyéndose todos los méritos. El productor, por su parte, tuvo la ridícula iniciativa de añadir un infame crédito en el cartel promocional: “Una película de (nombre del productor)”.

Para que te hagas una idea de lo bochornoso que es esto, hay muchos directores de cine (auténticas estrellas algunos de ellos), que aún a pesar de escribir, dirigir y producir sus obras, no las tienen todas consigo a la hora de poner ese crédito. Y ojo, están en su derecho (dado que son quienes más tiempo se pasan al frente del desarrollo de una película), pero muchos lo dudan. Y este sujeto, que apenas fue dos días al rodaje, y cuya intervención más importante durante la postproducción fue ver dos versiones del montaje y asentir, no duda ni un instante en afirmar que la película es “suya”. Inenarrable, querido Amaro.

Por supuesto, no me quedé callado, y fui medio a medio denunciando la situación. Muchos de ellos demostraron bastante poca seriedad y rigurosidad, pero en general, los medios y periodistas serios de verdad subsanaron el error. Una persona responsable de RTVC (a quien tampoco quiero mencionar porque éste no es su conflicto), al enterarse de lo sucedido, movió cielo y tierra por ayudarme, y gracias a ella pude salir en “Buenos Días, Canarias” defendiendo cinematográficamente nuestra película. Le estaré eternamente agradecido.

Hace meses que me desmarqué del proyecto, cansado de tener que reivindicarme a cada momento. Por suerte, el tiempo va poniéndome poco a poco en el lugar que me corresponde. Pero durante este tiempo, la gente aún piensa que sigo ligado a tu película, y no paran de mandarme noticias sobre futuras proyecciones en las que no soy bienvenido, así que se me hacía necesario darle un cierre a todo este asunto. Además, sentía honestamente que no me había despedido de ti como debía.

Sé que muchos me acusarán de oportunista, dado que la carta llega el día en que la cinta se proyectará en el TEA. No me preocupa, porque seguramente muchos de los que me acusen de ello serán los mismos que se callaron como perras cuando supieron de la injusticia que se estaba cometiendo conmigo (en un gremio, como digo, con tantas lenguas desatadas). Es decir, es cuestionable ser un oportunista, pero es mucho más imperdonable ser un hipócrita. Además, ya estoy cansado de dar la callada por respuesta. Pero sí me gustaría indicar que la razón por la que lo hago ahora es porque, de alguna manera, me parece el broche perfecto, justo cuando la película se va a proyectar en el que considero uno de los templos del cine local.

Y lo cierto es que yo deseo que la gente vaya a ver la película al TEA, aunque un pirata se lleve la gloria por mí. Por un lado, como he indicado antes, soy un ferviente defensor del espacio, tanto por los muchos momentos bonitos que he vivido allí, como por el excelente trabajo que su director de programación realiza (y que se ha comportado como un señor en todo este asunto). De hecho, me preguntaron desde este organismo si quería participar en la proyección, invitación que decliné amablemente.

Por otro lado, ansío que el público vea el cariño que todo el equipo (a excepción de uno) dedicó para hacer tu película, Amaro. Creo honestamente que todos (menos uno) hicimos un trabajo muy digno, en unas condiciones nada adecuadas.

Sé que algunos se lo pensarán dos veces antes de trabajar conmigo, por estar haciendo público esto. Pero honestamente, si alguien piensa eso, es a mí a quien no me interesa trabajar con esa persona. Permíteme que me dirija a ellos un instante: Si te preocupa que esté haciendo esto público (aún después de haberlo razonado durante casi ocho páginas), es que tú no le harías ascos a tratar de la manera que he descrito antes a un compañero, así que te quiero lo más lejos posible de mi presencia.

En lo estrictamente cinematográfico, me quedo con la espina de no haber tenido más información sobre tu vida, y no poder esclarecer algo más que simplemente tus posesiones y tus enlaces familiares o dinásticos. También me queda pena de no haber profundizado en una circunstancia personal de la que estoy convencido, y que estoy seguro que nunca me hubieras negado que era cierta, si hubiera podido mirar correctamente a los ojos de tu figura, sin el filtro de gente interesada en dar una imagen de ti demasiado conservadora. Introduje esta convicción extra-sutilmente en dos de las imágenes del film, pero ni siquiera le conté mis intenciones a nadie del equipo, por lo que sólo los ojos más avispados podrán vislumbrar de qué hablo (aunque lo veo difícil).

No, no estoy hablando de ese rumor que te relacionaba carnalmente con La Siervita. No existen pruebas ni indicios reales de que eso sucediera, y por mi parte, con el conocimiento de causa que tengo del tema por haber tratado directamente con él, afirmo categóricamente que es una falacia (y creo que así se refleja en el documental).

No insistas. Tú ya sabes lo que pienso, pero esto es una carta abierta, así que aquí zanjo el tema.

Me queda magua también de no haber podido participar en la distribución de la cinta. Hace años, con Héroes Modernos, una película que nos costó vender, porque no era carne de festivales, conseguimos que se proyectara en cinco países distintos. Estoy convencido de que un documental histórico hubiera sido una pieza muy jugosa para muchos festivales en el mercado latinoamericano, ese mismo que dominaste navalmente durante años. Nunca lo sabremos.

No obstante, me alegro mucho de ver cómo la película te ha abierto puertas que antes estaban cerradas. Hace poco más de un año, había un puñado de reseñas sobre ti, y casi todas debidas, o bien al maravilloso libro de Domingo Barbuzano (pieza clave de nuestra obra), o bien a un videojuego de Ubisoft en el que realmente nunca participaste. Hoy por hoy, cada noticia que sale sobre ti tiene una repercusión importante, y me satisface saber (con toda la arrogancia del mundo) que tengo alguna culpa de ello.

No quiero terminar sin decir algo: Esta película no se podría haber hecho de no ser por el Investigador, que entre otras cosas, me contrató a mí y a todo el equipo, que fue el productor de facto del film, y que dedicó 2 años a investigar sobre ti. Eso no lo he negado nunca. Pero una investigación de dos años (insisto: sin guión resultante) no hace una película. Una película se hace desde el momento en el que se coordina al equipo, se toman decisiones creativas y se grita acción por primera vez... hasta el instante en el que se exporta la versión definitiva de la misma desde el programa de edición. La persona responsable de todo ese proceso en esta cinta no fue otra que un tal Juan Alfredo Amil Rodríguez.

Déjame que me dirija directamente al Productor:

Las mentiras tienen las patas cortas. Y, por favor, ten cuidado. Las canciones de la película que distribuyes alegremente son mías. Por Ley, y por Derechos de Autor. Hasta ahora he tolerado tus travesuras, básicamente porque la película se proyectó en RTVC (a quienes no deseo causar problemas, porque hay que ser agradecido con quien confía en ti), en el Festival de Cine Histórico de La Laguna (cuya organización fue muy considerada conmigo), en el Aguere (otra de las salas históricas), y en el TEA (que, como dije antes, para mí es un lugar indispensable, y lo último que deseo es causarles problemas). Y también porque estas proyecciones eran gratuitas. Pero si me entero que intentas sacar rédito de mis canciones a través de, yo que sé, un DVD, sin abonar los consiguientes royalties… ¡Ay, Pirata! en ese momento desearás tener patente de corso.

Créeme Amaro, hay muchas cosas que se me quedan en el tintero (el dron, la casa de los horrores, el episodio del cortado leche y leche…). Pero creo que con lo descrito antes está todo explicado.

Para finalizar, darle las gracias a mi equipo durante el rodaje de tu peli. En especial a José Alberto, mi ayudante y confidente durante los días de rodaje. Y a Ado, que no dudó echarme una mano durante mis días de fiebre galopante.

Sin más dilación, mi querido Amaro Rodríguez Felipe, me despido. Dudo que volvamos a vernos, pero, por si acaso, voy a contenerme de decirte Adiós. Te diré simplemente, Hasta Luego.

Ha sido un honor ser el primer director en hacer una película sobre ti. No puedo expresar con palabras el hecho de que la Historia relacione mi nombre con un visionario como fuiste tú.

Atentamente,

Juan Alfredo Amil

Cineasta. Director, Editor, y Músico del Primer Largometraje Documental sobre el corsario Amaro Pargo.


PD: Gracias al TEA y a su Director, por hacer justicia en su cartel promocional de la proyección.  

jueves, 21 de febrero de 2013

Política e Industria. Los Goya 2013

Soy consciente de que este post llega un poco tarde (y más si tenemos en cuenta que no actualizo el blog desde hace varios meses).

Además, reconozco que no sigo activamente la gala de los Goya desde 2007, asqueado, a la vez que entristecido, por el carácter endogámico de la misma, y por qué no decirlo, del Cine Español en general. En estos últimos años, cada vez que me he enterado que algo interesante sucedía durante la ceremonia (el discurso de Alex de La Iglesia, las intervenciones chanantes, etc...), lo he visto a través de la web de RTVE o de Youtube.

Después de la gala, y al ver las reacciones extremas ocasionadas por ciertos aspectos acontecidos durante la misma, he vuelto a acudir a la red para saber qué era lo que tenía a la gente tan alterada. Durante esta semana he estado reflexionando sobre dichos aspectos.

Lo que más ha llamado la atención, como viene siendo tristemente habitual en estos premios, no ha sido el triunfo de una determinada película (Blancanieves, en este caso), sino las opiniones sociopolíticas de determinados actores, o más bien actrices, dado que las diatribas que más han trascendido son las emitidas por dos estrellas femeninas de nuestro cine. Éstas son Candela Peña y Maribel Verdú, como ya sabe todo el mundo.

Que conste que ambas intervenciones me parecieron tremendamente estúpidas (entiéndase estúpido -siempre lo recalco, por si acaso- como dificultad para comprender). La de Maribel Verdú porque básicamente lo que hizo fue mezclar churras con merinas. Una cosa es aprovechar que te han dado un premio para mandar un mensaje de apoyo a la gente que lo está pasando mal, y otra muy diferente es erigirte en adalid de los desvalidos, cuando evidentemente no estás haciendo nada por ellos. No digo que tengas que hacerlo, ni mucho menos voy a entrar en cuestiones de si antes hiciste publicidad sobre inmobiliarias, o si tuviste una asesoría de este tipo, puesto que toda la información que he leído sobre esto viene de un periódico que ha hecho del periodismo barato y partidista una seña de identidad. Pero no pretendas sacar a nadie del agua sin antes mojarte para conseguirlo.

Sobre Candela Peña prefiero no opinar directamente, al tratarse de un tema extremadamente personal. Quiero creer que nadie es tan miserable como para aprovechar la muerte de su padre como vehículo populista. No sé si es verdad aquello de que, en su día, no presentó ninguna queja directa sobre su problema al hospital que trató a su progenitor, pero prefiero obviar la demagogia de su discurso y creer que dijo lo que sentía.

Más indignante me parece, si cabe, la reacción airada del Ministro Cristóbal Montoro. Alguien que no se ha destacado precisamente por ser muy locuaz a la hora de explicar las dudosas actividades que está realizando al frente del Ministerio de Hacienda, ahora va y nos "revela" que los actores españoles no pagan sus impuestos en nuestro país. Eso sí, nombres lo que se dice nombres, no ha dado. Pero la piedra la ha tirado. Sin dirimir si lo que dice es cierto o no ¿Por qué se toma tan a pecho la circunstancia de que algunos miembros del gremio actoral no paguen supuestamente a Hacienda, y sin embargo no pone el mismo ímpetu en reseñar las obscenas cantidades de dinero que muchos equipos de fútbol han evadido a lo largo de toda su historia? o las de algunos miembros de su propio partido...

Yo soy de los que creo que los actores pueden dar su opinión. Si la da cualquier payaso enterado en el bar de mi pueblo, ¿por qué no lo van a hacer ellos? Otra cosa es que me parezca más o menos demagógico lo que diga determinad@ actor/actriz, pero derecho a opinar tiene. Que sí, que es cierto que el medio que todo artista debería utilizar para expresarse públicamente debería ser el suyo propio (el cine, el teatro, la pintura, la literatura, etc...). Pero el ser humano no se pasa las 24 horas del día trabajando, y en las horas de ocio, o en actos públicos, o en su casa a la hora de comer, habrá algún momento en el que tendrá que dar su opinión sobre algo. Y es absurdo reprimirla.

En el otro extremo estaba Miguel Angel Silvestre, que durante un desfile de moda posterior a la gala, fue preguntado por la polémica, y declinó contestar. Es obvio que toda la situación, con políticos cabreados de por medio, había terminado por intimidarle. Y ése era exactamente el objetivo de Montoro.

El caso es que es difícil para un personaje público lidiar con estas situaciones. Si hablas, como hicieron Maribel y Candela, quedas como un listillo. Y si callas, como en el caso de Silvestre, quedas como un idiota (no digo que lo sea, digo que se ha visto obligado a decir algo que le hace parecer como tal). Es una opinión sin más, no entiendo por qué la gente se tiene que tomar tan a pecho lo que piense o deje de pensar un actor.

A mí personalmente me preocuparon otras cosas de la ceremonia de los Goya, una vez que analizo los premios otorgados, y después de ver algunos vídeos destacados en la red. Todas se pueden resumir en el hecho de que la Academia no parece querer dar un paso adelante. González Macho y los suyos siguen empeñados en salvar el actual sistema, en vez de ayudar a que los cineastas españoles entren en el incipiente modo de hacer cine. Es una pena, porque España históricamente ha ido siempre a la retaguardia de los logros tecnológicos. Parece que en esta ocasión no será diferente.

Lo triste es que, no sólo no están avanzando en nuevos modelos de distribución, exhibición y captación de espectadores, sino que están castigando a aquellos que sí los están buscando. Está muy claro el mensajito que le han dado a Paco León negándole todos y cada uno de los premios a los que optaba su película, Carmina o Revienta, aún cuando ha sido posiblemente la película española con mayor repercusión, después de "Lo Imposible". "Así no", parece ser que le han dicho al actor reconvertido en director. La película, protagonizada por su madre, era la única realizada sin la necesidad de subvención alguna. Además, León se atrevió a acometer la distribución de la misma utilizando portales de internet, al tiempo que la estrenaba en cines. Esto no ha debido sentar nada bien a un estamento que, actualmente, está presidido por el hombre que más salas de cine ostenta en toda España.

En un tiempo en el que muchos estamos abriéndonos paso con el cuchillo entre los dientes, valiéndonos de nuevas incorporaciones tecnológicas (Las cámaras Black Magic, Go pro Hero, Canon Eos en todas sus vertientes, etc...) que dan un aspecto a nuestras imágenes tan digno como para competir en cualquier sala con películas de presupuesto mucho mayor (Las mencionadas Black Magik y Go Pro Hero son capaces de grabar imágenes con una resolución de más de 2,5 K, la estándar en las pantallas de cine, a precios muy, pero que muy asequibles); La Academia de Cine está optando por mirar hacia otro lado. Y no parece que tenga intención de cambiar de punto de vista, por lo menos mientras González Macho esté en la dirección del ente.

A todos se les llenó la boca durante la gala con la palabra "Industria". Si no se da pie a las nuevas tecnologías y a los nuevos talentos (y lo siento, pero esos que Ustedes han escogido a dedo no son nuevos talentos, son sólo el relevo para que la ensalada endogámica que es el gremio "oficial" del cine Español siga aliñándose), desde luego, lo que no habrá será industria. Lo que habrá será la misma chapuza de siempre. 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

25 de Septiembre

No puedo creer que, ayer, cuando quise ver qué era lo que pasaba en Neptuno, no hubiera ningún canal cubriéndolo. Me tuve que meter en la red para poder enterarme de algo. Lo que sucedió este 25 de Septiembre de 2012 es un hecho Histórico y nadie se ha dado cuenta porque a los que dirigen los medios (sobre todo los televisivos) de este país, no les interesa. Soy amante del fútbol, de las series, y respeto (aunque no me guste) a los que ven corazón, pero lo de ayer era realmente importante. No se trataba de entretenimiento, ni de evasión, pero lo que sucedía en Madrid era importante, y era imperativo que se enterasen los ciudadanos de este país.

Estos ineptos que nos dirigen, lo único que van a conseguir con esta actitud despótica hacia los que se quejan, es que se produzca un problema mucho mayor. No se dan cuenta de que su juego político, de izquierdas y derechas, de yo gano y tú pierdes, ya no importa. Ahora hay problemas de verdad, y la sociedad a la que representan, necesita de políticos de talla grande (por muy eufemístico que suene esto).

Un día antes, cuando veo a Cospedal comparando la (aún en ese momento) inminente manifestación del 25 S frente al congreso, con el intento de Golpe de Estado del 23 F, me dan ganas de abofetearla. Y bien fuerte. Como a los niños tontos que han hecho algo muy grave, y que necesitan saber que "eso no se hace". Porque a esta estúpida zorra melindrosa, que seguramente no habrá tenido que pasar hambre en su puta vida de pija, y menos ahora que cobra tres sueldos por cargos que apenas ejerce; no se le ocurre otra cosa que comparar a sus ciudadanos con una panda de militares fascistas. No se trata sólo de que sea un juicio equivocado hacia los que se rompen la espalda pagándole sus astronómicos sueldos mes tras mes, sino que estamos hablando de un acto de irresponsabilidad política supina. Lo último que debería hacer un cargo público es menospreciar a las personas a las que representa. Y menos aún delante de los medios.

Es triste, pero nuestra clase política (y aprovecho para meterlos a todos en el saco) no se da cuenta de que no pueden hacer nada por evitar que su pueblo se rebele. Bueno, sí se dan cuenta, pero no quieren entenderlo. Porque lanzar más policías hacia los que se manifiestan es como tirar sal sobre una herida. Lo único que van a conseguir es que la plebe (porque así es como ellos nos ven, por mucho que alardeen de "democracia") se cabree más y acabe pasando algo realmente desgraciado. Entonces, echarán la culpa a los cabezas de turco de todo lo que está sucediendo: El 15M, los movimientos radicales, etc... Pero los verdaderos culpables serán ellos, por escuchar antes a un puñado de tecnócratas facinerosos (el FMI), más preocupados en mantener al sistema capitalista subyugado a cuatro corporaciones Ultrapoderosas; que a las llamadas de auxilio de sus ciudadanos.

No les quepa duda que lo sucedido ayer irá a más. Pero me preocupa enormemente que ese "más" venga acompañado de "violencia". Desde luego, esto no es lo que queremos los españoles (se consideren o no de esta nacionalidad). Queremos que "más" venga acompañado de "soluciones". Y el gobierno es el máximo responsable de conseguir que suceda lo segundo. Señor Rajoy, tome las riendas de este País, de estos más de 40 millones de personas que le necesitan. Súbase los pantalones de una vez por todas y deje de ser la puta de Europa. Señor Rubalcaba, preocúpese por solucionar los problemas de este país, y no por tomar ventaja de los errores de su adversario. Señores de otros partidos políticos, dejen de pescar en río revuelto (los nuevos partidos, o los otros partidos de izquierda), dejen de aprovechar las circunstancias para vender su producto (los nacionalistas), y dejen, sobre todo, de aprovecharse de sus privilegios políticos.

Don Juan Carlos (y me dirijo a Usted aún sabiendo que estoy causando la risa de muchos ignorantes que nunca se han molestado en documentarse sobre la importancia de sus actos a la hora de crear y consolidar una Democracia)... Haga algo. Usted siempre fue hábil. Está muy claro que, para bien o para mal, su figura es meramente diplomática. Pero invente algo. Algo que nos demuestre que Usted también está comprometido con la causa. Algo que haga creer a sus súbditos que aún vale la pena luchar por este país. Aunque sea demagógico, pero que nos haga ilusionarnos. Quítese el sueldo millonario que no necesita (porque tiene patrimonio más que suficiente para vivir sin él), cuide su vida privada, renuncie a los viajes (y sus correspondientes gastos) diplomáticos hasta que todo se arregle. No sé, algo.

Ahora resurgen con fuerza las voces que piden una Tercera República. Es cierto que este sistema democrático, tal como se creó, tiene muchos errores.Pero se pueden corregir, y se pueden mejorar. Si no le demuestran a su pueblo que esto es así, las voces que piden el cambio de sistema no se apagarán. Y si no cesan, a los que exigen la tercera república se les unirá su némesis: Los que están dispuestos a matar para que no suceda nunca. Las dos Españas. Otra vez.

Señores Dirigentes en general, marquen la diferencia.

Hagan lo que su pueblo le pide:

AYÚDENNOS.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Cazando Imágenes (I)

Como podrán ver los pocos fans que tiene este blog, llevo cerca de tres semanas sin sacar una nueva entrada. Concretamente desde el 21 de Agosto. Ciertos acontecimientos han provocado este cortito paréntesis en la regularidad de los artículos publicados en Demonios Interiores.

Lo primero ha sido un cumpleaños criminal, celebrado el 25 de Agosto (aunque yo cumplo el 27, pero no caía en finde), cuyas consecuencias para mi salud duraron cerca de una semana. También ha habido cierta dósis de vagancia, no lo niego. De hecho, no hay nada en la vida que me guste más que no hacer Nada. Porque, como bien dice Jerry Seinfeld, no estar haciendo nada te permite la mayor libertad posible para decidir realmente qué es lo que quieres hacer. En qué quieres invertir tu tiempo. Aunque decir que no he hecho nada, nada, no es correcto del todo. Para empezar, sigo trabajando en la empresa familiar. Luego, también estoy inmerso en la lectura del quinto libro de Canción de Hielo y Fuego, serie de novelas escritas por George RR. Martin, inspiradores de la serie de TV, llamada Juego de Tronos (sobre ambas prepararé sendos posts, analizándolas, tal como hice con la saga de Batman). Pero lo que realmente ocupa mi tiempo y mis pensamientos no está en esas dos facetas, la de trabajador y/o lector.

Llevo desde hace unos meses planificando un rodaje. Sin prisa, pero sin pausa. He escrito el guión, lo he revisado ampliamente (aunque yo personalmente realizo cambios en la trama incluso cuando ya me encuentro en el mismo proceso de montaje), y a estas alturas ya está desglosado (a grandes rasgos, un desglose es la primera fase de preproducción de un proyecto, que consiste en discernir matemáticamente qué requiere cada escena de tu guión para ser rodada). Espero haber rodado gran parte del material antes de que finalice este mes, pero no quiero vender la piel del oso antes de cazarlo. El principal problema es que aún no he encontrado a la protagonista femenina del proyecto. Tanteé a una estupenda actriz, pero su agenda era demasiado apretada. De todos modos, aún no me he rendido a que aparezca en mi corto, y ahora que el plazo para finalizar el proyecto se ha alargado hasta el 1 de Noviembre, volveré a lanzar toda la artillería.

Sí, han leído bien, la película tiene que estar lista antes del 1 de Noviembre, y es por una razón muy especial. El corto será rodado con un teléfono móvil. Una vez que lo ruede, tengo una marca en mi calendario, para enviarlo a un festival de cortos llamado Movilfest Awards, en donde concursan piezas rodadas exclusivamente con Dispositivos Móviles. Muchos pensarán que rodar un corto pensando en presentarlo a un festival no es buena idea (lo mejor es hacerlo sin pensar en nada, y luego ya moverlo, y bla bla bla bla bla), aunque seguro que son los mismos que luego invierten buena parte de su tiempo, dinero y esfuerzos en rodar un corto de tres minutos y medio para Notodofilmfest.

Para mí, hacer este cortometraje con la vista puesta en Movilfest es un acierto, independientemente de que, una vez realizado y presentado, me seleccionen o no para participar. Ya el año pasado concursé con Soy un Héroe (cortometraje entre el documental y el ensayo filosófico, que pronto podrán ver en esta web), y salí encantado de la experiencia. Repito que no es seguro que me seleccionen, de hecho, aún hay que rodar el corto, pero merece mucho la pena intentarlo. El año pasado, Soy un Héroe fue seleccionado en la Sección Canaria, y disfruté como un enano con la oportunidad de que mi trabajo se viera en una buena sala, con un público numeroso, y con la oportunidad de hablar sobre mi película. He estado en varios festivales, y créanme, ni las condiciones de la sala son tan buenas, ni el público tan numeroso, ni la oportunidad de expresarte tan extensa. Así que, por mí parte, sólo por eso, vale la pena.

Sobre las limitaciones que tiene rodar un corto con un teléfono Móvil, permítanme que las matice. Hoy en día, muchos teléfonos vienen con una cámara de gran calidad. De hecho, el móvil con el que lo voy a hacer, graba imágenes con calidad full HD (1920x1080). Lo negativo de ésta reside, por supuesto, en su óptica, que aunque es bastante resolutiva (con un juego de profundidad de campo nada desdeñable para una lente tan pequeña), dista mucho de lo que se necesita para realizar un producto de forma profesional. Aparte, habría que mencionar la dificultad que supone rodar de noche con buenas garantías de luz, aunque sobre todo, y como diría mi amigo Gabriel Di Martino, "lo que más me rompe las pelotas" son los cambios bruscos de diafragma que realiza, sin que puedas hacer nada por evitarlos y/o controlarlos.

No obstante, ya con Soy un Héroe, descubrí un método para solucionar este problema en postproducción (ya les hablaré de ello en otra entrada), y también en ella, surgió mi idilio romántico con ese gran programa de composición digital que es After Effects. Gracias a él, no tengo duda de que puedo sacar petróleo de lo que grabe con mi teléfono. Sin duda, será mi arma más efectiva a la hora de realizar el etalonaje final (corrección de color, también definido a grandes rasgos), y por qué no decirlo, para cierta escena de acción que lucharé por llevar a cabo con éxito.

La mayor ventaja de tener como cámara un móvil reside en su movilidad, sin duda alguna. Puedo realizar movimientos, y emplazamientos de cámara harto complicados de hacer con una cámara profesional, que suelen ser más grandes y más pesadas. Me permitirá, por ejemplo, rodar un plano completamente contrapicado, también conocido como Nadir, sin necesidad de usar una plataforma de cristal para colocar la cámara debajo y al actor encima. Simplemente colocaré el móvil boca arriba sobre una superficie, y ya está. Podré realizar movimientos de cámara mucho más rápidos, bruscos, y violentos, que me ayudarán con una secuencia en concreto.

Personalmente, utilizaré por segunda vez otro truco: Romper la cuarta pared con el espectador. Es decir, ese muro invisible que se establece entre quien ve la película, y el personaje que aparece en ella sin conocimiento de que su historia está siendo visionada. Mi personaje protagonista, al igual que en Soy un Héroe, será consciente de que hay una cámara, y de hecho, hará uso de ella. Creo que hoy en día, aún es necesario este pequeño recurso para contar una buena historia con un dispositivo de estas características. Ojo, es una opinión personal e intransferible, pero yo de momento seguiré este precepto a rajatabla.

Otro problema de rodar con estas condiciones es el sonido. Aunque yo tengo un aparato que permite insertarle al teléfono dos micros Unidireccionales, la calidad de este sonido aún no es la correcta, y encima sufre bastante al ser editada. De todas formas, soy de los que opinan que el mejor sonido (independientemente de la cámara que utilices) es aquél que se graba directamente a la pista de audio de un programa especializado, tipo Protools, o Logic Pro. Mi experiencia, a base de golpes, así me lo indica.

Hoy en día, tenemos miles de posibilidades de rodar con una calidad más que aceptable. Es obvio que de un teléfono móvil, o de una Cámara de fotos, no vas a conseguir sacar una superproducción de Hollywood, pero sí que conseguirás contar una historia, y de eso se trata. Mucha gente se escuda en la falta de medios, o en la falta de presupuesto para no hacer NADA. Intentan realizar sus proyectos con altos presupuestos, y si no los consiguen, no los hacen. Considero que es un error no aprovechar los avances técnicos que tenemos ahora para poder sacar adelante una película. Que una película sea extremadamente modesta, no quiere decir que no pueda ser buena.

Como ya he dicho, esta circunstancia previa a un inminente rodaje, ha hecho que tenga menos tiempo para escribir en Demonios Interiores. Además, apenas he empezado, así que por lo pronto hasta finales de Octubre estaré más que liado con el corto, y no podré prestarle toda la atención que desearía a este Blog. Pero de todas formas, he optado por una solución que evite tenerlo dormido durante más de una semana. He creado una nueva sección que se va a llamar Píldoras Semanales, en las cuales mostraré, de forma breve, las reflexiones que me vengan a la cabeza cada siete días. Serán cortas reseñas sobre algún acontecimiento importante que haya sucedido durante la semana, sobre deportes, sobre algo que llamó mi atención, o sobre cómo obtuve cierto placer tras rascarme el testículo derecho, que me picaba (por ejemplo). Las píldoras saldrán cada viernes, publicándose este viernes la primera. Como llevo tiempo sin escribir, no sólo me limitaré a temas acontecidos la última semana, sino a otros que sucedieron durante el tiempo que estuve "callado" (Lance Armstrong, Tristiano Ronaldo, La Diada, etc...).

Lo que quiero decir, es que igual no podré escribir tres posts semanales como hacía antes, pero procuraré que al menos cada viernes haya uno. Poco a poco, iré sacando algunas entradas más profundas que tengo pensadas desde hace tiempo, pero que irán lidiando con el espacio que me dejen los preparativos del corto.

Bueno, espero que no me hayáis echado de menos... Oh bueno, sí, qué cojones, porque así leeréis este post con más ganas, y esperaréis con ánimo al siguiente. Sois poquitos seguidores, pero creedme, se nota vuestro calor y vuestro afecto como si fuerais legiones.

martes, 21 de agosto de 2012

Las Mejores Películas de la Historia (o por qué le tengo tanta manía a este tipo de encuestas).

Antes me encantaban las encuestas de Cine. Me gustaba saber qué películas eran elegidas entre las diez mejores de la Historia. Aunque si lo pienso bien, era debido a que tenía ganas de conocer qué buenas pelis no había visto. Cuando ya llevas muchos años amando al cine, te das cuenta de que sí, esos filmes como, por ejemplo, Ciudadano Kane, o esos cineastas como Orson Welles, que siempre copan las primeras posiciones de los Rankings, son Grandes con mayúsculas. Pero también te das cuenta de que intentar hacer dogma de este tipo de listas es absurdo.

Una vez que visionas, por continuar con el primer ejemplo, la Filmografía de Welles, te das cuenta (y hablo por mí, como siempre) de que realmente la película que más te gusta de él es Sed de Mal, o incluso encuentras más electrizante algunos de los momentos de Mcbeth, o Fraude, que de Ciudadano Kane. Esta última, eso sí, es un compendio en imágenes de cómo se hace Cine. Cómo se estructura una historia, cómo se rueda, cómo se compone un plano, y cómo se edita. En ese sentido, es la más perfecta de las obras de Welles, y casi podríamos asegurar (aunque estas revistas no se cortan un pelo en hacerlo) que es la más perfecta de las películas realizadas. Pero yo, con todas sus imperfecciones, con todo ese montaje caótico tan poco académico, me quedo con Sed de Mal.

Hace poco consulté dos encuestas de este tipo. Una consiguió indignarme, y la otra corroboró lo escrito anteriormente.

La que me indignó fue la de Cinemanía (sí, esa revista que nació con el propósito de promocionar el cine Europeo, y que pasó a convertirse en la copia sosa de Fotogramas), que por su número 200 hizo una encuesta con las mejores doscientas obras de la Historia. Al comprobar que estaban en ella películas como Snatch (que está entretenida, pero no merece estar en un ranking de los mejores 200 filmes de la historia... ni siquiera en un ranking de los mejores veinte mil), o Drive (y me encanta este filme, pero por favor, no la pongas en la lista), por no decir que El Caballero Oscuro estaba en el número 2 (y AMO esta película, pero colocarla como la segunda mejor peli de la historia me parece excesivo)... Pues me dieron ganas de limpiarme el culo con esas páginas.

La segunda lista que comprobé fue la de Sight and Sound, que realiza una encuesta de este tipo cada diez años. He de decir que, de todas las que he visto a lo largo de mi vida, ésta es la más seria, puesto que la hacen por un lado los críticos de la revista, y por otro, cineastas de todo el mundo. Aunque pueda estar de acuerdo o no con algunos de los títulos que aparecen en ella, creo que esos filmes tienen un mayor calado que los expuestos anteriormente. Es más, si no te quedas contento con la lista final, te deja ver lo que votaron los críticos y cineastas individualmente, y así corroborar el recurrido tópico: Para gustos colores.

Esta década, y por primera vez en la Historia, Vértigo, de Alfred Hitchcock, alcanzó el Número 1 de esta revista. Una maravillosa película, de eso no hay duda, y fans como mi propio hermano estarán contentos con la elección. Pero incluso en este caso concreto, considero que el director británico hizo películas mejores.

Lo que quiero decir con todo esto, no es que mi criterio sea mejor que el de nadie (y menos de directores consagradísimos con los que me pongo a sus pies). Lo que digo es que mi opinión, y la de pepito, y menganito, es tan válida como la de cualquier otro. El decidir qué película es mejor o peor, no responde a parámetros de objetividad. Es imposible. Porque no estamos hablando de cuestiones científicas (y aún así éstas son puestas en duda muchas veces), estamos hablando de Arte.

Si haces una lista de las Quinientas Mejores películas de la Historia, no puedes hacer un Ranking de menos a más, o de más a menos. Tienes que poner las quinientas películas que han sido elegidas, ya sea por votación o lo que coño sea, pero clasificarlas es un error. Porque esto no es una carrera ciclista...

ESTO ES CINE, JODER.

Y aunque establecieras la lista de esta manera no clasificatoria, aún estarías siendo injusto, porque dejarías a muchas fuera. Pero te evitarías el tener que decidir qué obra es mejor. Evitarías inventar argumentos estúpidos, intentando convencerte de que responden a la objetividad, para evaluar un filme por encima de otro.

Sí que es cierto que al final todos hacemos nuestra cábala mental de qué pelis nos gustan más. Todos tenemos un filme favorito... Pero algunos tenemos más de uno. Por tanto, lo que debería primar en estas encuestas no debería ser en qué lugar coloca el encuestado a determinadas obras, sino simplemente que están ahí, mencionadas, y que por tanto merecen formar parte de un registro, ya sea de quinientos, de mil o de dos millones de títulos.

Dicho esto, voy a hacer algo que odio. Una cosa muy típica de bloguerillo chungo que quiere visitas. Voy a invitarles a que escriban (ya sea comentando en este blog, o en Facebook, o en donde coño sea) una lista de sus diez pelis favoritas, y si quieren, de sus diez directores favoritos. No voy a publicar ninguna de esas listas, esto no es una estrategia de blogging de esas. Es sólo por el placer de conocer sus gustos, y que todos nos divirtamos amando el cine. Si lo tienen muy claro, hagan una clasificación, y si no, simplemente reseñen las películas que les gustaron. Yo haré una mezcla de ambas cosas... El blog es mío y hago con él lo que a mí me sale de los cojones ¿estamos?

Ya hice alguna lista chorra por ahí hace tiempo, pero no creo que piense lo mismo que entonces. De hecho, ya he decidido que el próximo año haré una nueva, sin mirar ésta, a ver hasta qué punto he cambiado de opinión.

Ahí va:

MEJORES FILMES DE LA HISTORIA.

1. La Trilogía de El Padrino (Francis Ford Coppola).

2. Uno de los Nuestros (Martin Scorsese).

3. Érase una vez en América (Sergio Leone).

4. Pulp Fiction (Quentin Tarantino).

5. Blade Runner (Ridley Scott).

    La Ventana Indiscreta (Alfred Hitchcock).

    El Cazador (Michael Cimino).

    Carlito´s Way (Brian De Palma).

    Lawrence de Arabia (David Lean).

10. Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock); Vertigo (Alfred Hitchcock); Encadenados (Alfred Hitchcock); Hatari (Howard Hawks); Bola de fuego (Howard Hawks); El Golpe (George Roy Hill); Quitting (Zhang Yang); El Juramento (Sean Penn); JFK (Oliver Stone); Heat (Michael Mann); Sed de Mal (Orson Welles); Scarface (Brian de Palma); Scarface (Howard Hawks); Centauros del Desierto (John Ford); Cantando Bajo la Lluvia (Stanley Donen, Gene Kelly); Manhattan (Woody Allen); El Protegido (M. Night Shyamalan); Espartaco (Kubrick); Ser o no Ser (Lubitsch), Arrebato (Iván Zulueta), Control (Anton Corbijn), Henry, Retrato de un asesino (John McNaughton), The Prestige (Christopher Nolan); Los siete samurais (Akira Kurosawa); Tokio Nagaremono (Seijun Suzuki) y un largo, largo, larguísimo Etcétera.

MEJORES DIRECTORES.

1. Alfred Hitchcock, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola.

2. Brian de Palma, Quentin Tarantino, Howard Hawks, Orson Welles, Sergio Leone, Woody Allen, Stanley Kubrick, Oliver Stone, John Ford, David Lean, Orson Welles, Clint Eastwood, Lars Von Trier, D.W. Griffith, Sergei Enseinstein, Paul Morrisey, David Fincher, Zhang Yimou, Zhang Yang, Akira Kurosawa, y otro largo, extremadamente largo, etcétera.


Sí, soy una zorra tramposa, y no me he mojado en absoluto. Pero es que mojarse significa ser injusto, e intentar guiarte por parámetros que nada tienen que ver con lo extrictamente cinematográfico.


Esta es mi lista, y punto. ¿Y saben qué? es mucho más seria que ésas que se publican en las revistas "especializadas" del género.

jueves, 16 de agosto de 2012

Oda al Fútbol 1 (La Liga)


El fútbol no es un deporte. Es un modo de vida. Para bien o para mal, podemos decir que gran parte de nuestra sociedad, sobre todo la masculina, está supeditada a su tiranía. No se trata sólo del ansia fundamentalista que te inunda las venas cuando juega tu equipo predilecto, que también, sino de todo lo que hemos construido alrededor de él.

No descubro nada si digo que hay multitud de empresas comerciales que deben su sustento, y en algunos casos, su razón de ser, al fútbol. Restaurantes, Destiladoras de Cerveza, Canales de Televisión, tiendas deportivas, casas de apuestas, Fabricantes de Televisores, etc... Todas deben su estatus económico a la mezcla del fútbol con un sentimiento que es único y exclusivo de ese animal social que es el hombre: La Amistad.

Si tuviera que compilar una antología de los mejores momentos que he vivido con mis amigos, les puedo asegurar que en un hipotético Top 10, como mínimo tres de ellos estarían relacionados directamente con acontecimientos futbolísticos importantes. Y otros tres o cuatro más, no tendrían que ver directamente con el fútbol, pero sí con algún partido que ejercía de Mcguffin para historias que contaríamos al día siguiente (no sin cierta resaca), y que yo, personalmente, recordaré toda mi vida.

Eso si estaba en Madrid, donde pasé nada menos que once años de mi vida, y donde espero volver algún día. Pero si estaba aquí, en casa (Tenerife), siempre, siempre, siempre, vivía (y vivo) esos momentos con mi padre, por lo que también tengo muchos grandes recuerdos familiares relacionados con el deporte rey.

Lo que realmente nos apasiona del fútbol no es el deporte en sí. Ni siquiera el resultado. Bueno, corrijo, a lo largo de mi vida he conocido a gente realmente fanática, a la que, (por ejemplo) el mero hecho de que Míchel Salgado estuviera lesionado (y que no hubiera nadie en la plantilla del Madrid para cubrir el puesto de Lateral Derecho en esa jornada), podía provocarle graves problemas de insomnio. Sin entrar a juzgar las pasiones de este hombre (yo podría enumerar algunas burradas que he hecho por ver una película que tampoco serían entendidas para el resto de los mortales, así que no soy quién para criticar), diré que, para la mayoría de los que amamos este deporte, se trata de la liturgia que hay alrededor. Ya sea sentado en la barra de un bar, o en el sofá de tu casa, solo, o mejor acompañado. El vaso de birra fresquita en la mano ("el fútbol sin cerveza, es mierda", lo resumió un día mi querido amigo Juanma), El comentar la más mínima chorrada que tenga (o no) que ver con el partido...

Echarse unas risas.

Durante dos horas puedes decir que eso es lo que estás haciendo: Ver un partido de fútbol, con todo lo que conlleva. Y haces un hueco en tu agenda semanal, sabiendo que al menos dos horas de tu semana irán dedicadas a juntarte con tus amigos a ver el partido de tu equipo, o ni siquiera eso (cuántos partidos del Atlético de Madrid me tragué sólo para tener la excusa de tomar unas cervezas con el ya mencionado Juanma, o cuántos se tragó él del Real Madrid por la misma razón).

Todo esto se magnifica cuando hablamos de acontecimientos internacionales, como una Eurocopa, o un Mundial, pero lo que realmente es el pan de cada día de todos los futboleros es La Liga.

La Liga Española, en concreto, que desde hace años presume de ser una de las mejores del mundo (aunque últimamente esté contaminada del bipartidismo que tanto nos gusta en este país, en todos los ámbitos), es un hervidero de pasiones como no hay otro. Ya dijo Capello una vez que no había vivido en ningún sitio en donde el fútbol se siguiera de forma tan obsesiva como en España. Se llega hasta el límite de que, aunque todos somos o del Madrid o del Barça, luego también animamos al equipo de nuestro lugar de origen. ¿Existe algo más obsesivo, o incluso esquizofrénico? Yo, que soy Madridista, recuerdo con sufrimiento las dos Ligas que el Madrid perdió en Tenerife, pero al mismo tiempo con la nostalgia de una época dorada del C.D. Tenerife, que difícilmente volveremos a ver sus aficionados. Además, cada vez que el Madrid goleaba al equipo de mi isla sufría por ellos, aunque el resultado fuera bueno para el club que adoro.

La situación es peor cuando tu "otro" equipo juega en Segunda División, o en Segunda B, o incluso en Tercera; porque si te quieres enterar de los resultados del mismo, tienes que buscar en la última esquina de la página central del periódico, o en alguna pestaña perdida por la pantalla del ordenador. Eso requiere algo de constancia, y la constancia es prima hermana de la obsesión.

Si un Mundial o una Eurocopa son como campamentos de verano que duran un suspiro, la Liga es un día a día, un maratón. Pero no un maratón cualquiera, sino uno salvaje, con un continuo intercambio de golpes entre los corredores. La carrera de la Liga es un todos contra todos bestial en el que sólo puede quedar uno. Conforme avanza, muchos se van quedando en el camino, dejando que unos pocos, casi siempre dos, lleguen al final, a puñetazo limpio. Siempre llega ese momento en el que uno de los dos acaba por ceder. Unas veces se rinde pronto, otras aguanta hasta el último suspiro. Pero siempre gana uno. En ocasiones el que tiene todas las de perder, golpea con fuerza a su destino, y le roba la victoria al rival. Y por debajo, los que han quedado atrás libran sus propias guerrillas: Unos por clasificarse para competiciones Europeas de mayor o menor nivel, y otros por no caerse del barco de la Primera División.

Y de la trama principal en ese largo culebrón que es la Liga, veremos surgir poderosas subtramas: Goles legendarios, jugadas de escándalo, polémicas, ruedas de prensa calientes (y no, no es una peli porno), árbitros, hazañas, derrotas inesperadas, goleadas, remontadas, espaldinhas, dedos en el ojo, cucarachas, paradas de Iker, Leo Messi, Cristiano Ronaldo, y mucho, mucho más.

A partir de este Sábado, y durante las 38 jornadas que dura la Liga (que no terminará dentro de 38 semanas porque hay períodos de vacaciones, amén de partidos coñazos de Selecciones que no se juegan nada, o que en el mejor de los casos lo hacen contra Islas Feroe), estaremos pendientes del televisor, y de las redes (sociales, sobre todo), para ser testigos de cómo se desarrolla. Las rivalidades irán adoptando matices cruentos conforme vaya avanzando, y crueles en el momento que finalice, ya que los vencedores harán chanzas de los perdedores. Unos dirán que los otros no saben perder, y los otros dirán que los unos no saben ganar. Y se tomarán una cerveza juntos. Hasta la próxima Liga.


miércoles, 15 de agosto de 2012

Sueños Olímpicos (Algunos apuntes sobre los JJOO de Londres 2012)

Siguiendo con la tradición empezada en la Euro 2012, voy a enumerar y comentar algunas cosas que han llamado mi atención en estas dos semanas de Juegos Olímpicos de Londres 2012, finalizados el Domingo pasado.

1. "Eres más sobrado que Usain Bolt".

"O más bien, Bolt, que eres un bolt", esa será la expresión que se utilizará en el futuro para hablar de alguien que pretende ir de genio, o de sabiondo, o de listo. La diferencia con el originador de este dicho será que él, en efecto, es un sobrado. Pero un sobrado de verdad, porque sí, porque no hay Dios que pueda superar a este tipo.

El que inventó la palabra velocista, lo hizo para él, aunque estuviera lejos de imaginar que algún día existiría alguien como el jamaicano. Un ser creado por y para darle el relumbrón que merece a esa definición.

Aunque los años empiezan a pesar, y ya hay corredores de su propio país, como Yohan Blake, que consiguen derrotarle ocasionalmente, y además tuvo que sufrir para revalidar su medalla de oro en la categoría de Cien Metros Lisos; la verdadera dimensión de su grandeza se pudo ver en las otras dos medallas que también reconquistó: La de Doscientos Metros Lisos, y la del Relevo de Cuatro por Cien Metros.

Cuando uno observa la pose de Bolt en la "photo finish" de la carrera de Doscientos, esgrimiendo ese característico gesto de silencio, mientras que casi a un metro vemos a Blake, entregando hasta el último músculo de su ser para alcanzarle, sin éxito alguno, entonces sabe que está ante un momento Histórico.

Lo que tienen las carreras en las que participa este hombre, es que son efímeras, no sólo por el poco tiempo que tardan en alcanzar la meta los corredores (Jamaica hizo el Récord del Mundo en relevos, dejándolo en 37,8 segundos), sino porque no volvemos a saber nada de ellos (o practicamente nada) hasta dentro de cuatro años, cuando regresan los juegos.

Pero los logros de Usain Bolt, y las imágenes que ha dejado, quedarán en nuestra memoria para siempre.


2. Los Herederos Americanos de Naismith (Selección Estados Unidos de Basket).


No son el Primer Dream Team. Lo cierto es que a Kobe Bryant le traicionó el ego, una vez más, cuando dijo eso. Pero es un equipo de leyenda. Estados Unidos ha tenido que subir el pistón (olímpicamente hablando) en dos ocasiones.

La primera vez fue en 1992, cuando, después de haber sido derrotados en semifinales del Mundial de Argentina 90 (hasta entonces la única derrota americana en unos Juegos había sido en la polémica final contra la URRS de Munich 72), y tras observar que el nivel del resto del mundo había aumentado en lo que a habilidades baloncestísticas se refiere, decidió enviar a los mejores jugadores de su liga profesional (la conocida NBA). Ese equipo fue el llamado Dream Team, Equipo de Ensueño, porque en efecto lo era: Michael Jordan, "Magic" Johnson, Larry Bird, Patrick Ewing, Scottie Pippen, y muchos otros. Varios de los mejores jugadores de la historia en un mismo equipo. Evidentemente, arrasaron con todos aquellos que se les pusieron por delante (hay que decir que los únicos países capaces de hacerles frente, La Urrs y Yugoslavia, ambos atesoradores de plantillas legendarias, se habían desmembrado recientemente por cuestiones políticas), y se llevaron el Oro Olímpico a casa.

A partir de entonces, en cada cita internacional iba una representación de los mejores jugadores de la NBA, con la misión de mantener el orgullo patrio de los creadores de este deporte intacto... ¿los mejores? Quizá en el Mundial 94 de Canadá sí (donde su estrella era el flamante Shaquille O´neill), e incluso en Atlanta 96 (en donde se mezclaron jugadores del 92 y del 94). Pero ya en el mundial de Grecia 1998, durante una de las huelgas de la NBA, tuvieron que enviar a una selección de hombres que jugaban en Europa. En los JJOO de Sydney 2000 volvieron las estrellas, con Gary Payton, Ray Allen y Jason Kidd como destacados, aunque no estaban ni de lejos, los mejores jugadores del momento. En 2002, aún ejerciendo de anfitrión del Campeonato del Mundo (en Indiana, la tierra donde James Naismith creó este ilustre deporte), el único nombre consagrado era un ya casi retirado Reggie Miller. Entonces sufrieron la primera derrota desde que jugaban con profesionales. Fue contra Argentina, en la segunda fase de grupos, pero ya en ese instante quedó claro que no iban a salir del torneo airosos. La debacle vino cuando Yugoslavia les eliminó en cuartos de final, provocando que no consiguieran medalla en un campeonato internacional por primera vez en 32 años (en aquella ocasión fue por un boicot de su equipo olímpico a los JJOO de Moscú), y la puntilla se la puso España en el partido por el Quinto puesto.

Hasta en la Web Oficial de USA Basketball omiten el anterior acontecimiento, por alguna extraña razón, aunque no tuvieron tanta suerte los jugadores que acudieron a Atenas 2004. Volvieron a verse jugadores importantes, como Tim Duncan, o Allen Iverson (aunque ya estaba viniéndose a menos), y otros como Lebron James, Dwayne Wade o Carmelo Anthony, aunque entonces aún eran astros incipientes. Lo cierto es que perdieron tres veces a lo largo de aquellos juegos, y lograron la medalla de bronce casi de milagro, por lo que muchos les denominaron como "Nightmare Dream" (equipo de pesadilla). En Japón 2006, con una selección compuesta por James, Wade, Anthony, aparte de Elton Brand, Shane Battier, Dwight Howard o Chris Paul entre otros, tuvieron que conformarse con el bronce de nuevo, y su humillación fue tal, que ni siquiera se quedaron en la cancha para la ceremonia de entrega de medallas (la organización, estúpidamente, accedió a dárselas antes de que se disputara siquiera la final del torneo, un hecho sin precedentes en los Mundiales de Baloncesto).

Fue entonces cuando tuvieron que subir el pistón por segunda vez. Los responsables del Equipo Nacional se dieron cuenta de que ya no bastaba con enviar un grupo de buenos jugadores. El nivel del baloncesto FIBA (Federación Internacional de Baloncesto), encabezado a principios de la década por Argentina, y relevado en 2006 por España, era ya comparable al suyo. Ni siquiera valía con mandar a algunos de los más grandes. Había que llevar a los mejores, y no sólo eso: Tenían que jugar como un equipo.

En los juegos de Pekín 2008, Le dieron continuidad a Mike Krzyzewski como entrenador,
para que formara un equipo en el que destacaban las incorporaciones de Deron Williams y Kobe Bryant, con las de jugadores "reincidentes" como Howard, Bosh, Paul, Wade, James o Anthony. Se llevaron el Oro de calle, y sólo encontraron resistencia en la final, en el que muchos consideraban (después de la final del domingo habría que reflexionar si lo sigue siendo) el mejor partido FIBA de la historia.
Con la misma fórmula fueron al mundial de Turquía en 2010, con la novedad de un Kevin Durant estelar. Y ya en estos juegos ha sido el apoteosis.

No me cabe duda de que el Dream Team de Barcelona 92 fue el mejor, pero desde luego el equipo compuesto por Bryant, Durant, James, Anthony, Love, Harden, y compañía, no le va a la zaga. Ha sido el único equipo americano, desde que traen a sus profesionales, al que no se le ha visto ningún ramalazo de prepotencia. Han celebrado encarnecidamente todas y cada una de las jugadas claves de todos y cada uno de sus compañeros, como un equipo. Sin despreciar a los rivales. Ver a los dos jugadores que van a definir el futuro de la NBA, James y Durant (con permiso de Blake Griffin), batiéndose el cobre, sin importarles quién tiene más o menos minutos en cancha, o al denostado Carmelo Anthony dando la mejor versión de sí mismo, me hizo comprender que estos tipos se merecían el Oro.

3. Los Herederos Europeos de Naismith (Selección Española de Ba-lon-ces-to).



El Baloncesto tiene una deuda pendiente con España. La mejor Selección Fiba desde 2006, tiene una medalla de oro en un Mundial, y dos en los Campeonatos Europeos, pero las dos platas Olímpicas son una losa en el palmarés de esta generación de gloriosos jugadores. Los llamados Chicos de Oro. Es duro, porque encima han perdido ese oro que les define jugando los dos mejores partidos de la Historia del Baloncesto Fiba (aquél que no pertenece a la NBA, aquél que conserva algunas normas diferentes a las del baloncesto Norteamericano profesional, el baloncesto del resto del mundo, vamos).

La Selección Argentina, la que en su país llaman la Generación Dorada (qué glorioso paralelismo), no consiguió ningún Mundial, pero estuvo en el lugar adecuado, en el momento adecuado (Atenas 2004), y se llevó un merecido Oro Olímpico a casa. Será algo que podrán decirle a sus hijos y nietos.

Pero los españoles tendrán que conformarse con contarles a sus familiares futuros que, en dos ocasiones, se enfrentaron a la mayor pléyade de baloncestistas de la historia.

Y en ambas le pintaron la cara a la mayor potencia mundial de este deporte.

España no jugó su mejor torneo. Sigo pensando que Scariolo no ha sido un buen seleccionador Nacional, y sigo pensando que no ha sabido sacarle todo el jugo a sus pupilos, que le han salvado en más de una ocasión, y en más de un campeonato. Incluso pienso que no estuvo a la altura con ciertas decisiones en la final. La tragedia de todo esto, es que ha ostentado el cargo durante casi cuatro años, y posiblemente no le queden muchos más a la base de este equipo (Gasol, Navarro, Calderón, Felipe). Lo que sucederá después, no lo sabemos, pero esta generación se acaba.

Lo cierto es que, si algo han demostrado estos chicos, es que su talento es su divisa, y que da igual lo mal que estén llevados. Al final siempre lo sacan a pasear.

El último cuarto de la semifinal contra Rusia, fueron los primeros diez minutos de todo el campeonato olímpico en los que España fue España. A pesar de eso alcanzaron una semifinal, y a pesar de eso también, llegaron a tiempo. A tiempo para que los jugadores se dieran cuenta de que siguen siendo los mismos, y de que podían plantarle cara a la todopoderosa EEUU en la final.

El partido me recordó a esa escena de la película Troya (la recreación realista de los cantos griegos de Homero, dirigida por Wolfgang Petersen, con guión del cocreador de la serie Juego de Tronos, David Benniof), en la que Aquiles se enfrenta a Héctor. Ambos libran un cruento combate, muy igualado, en el que el todopoderoso Aquiles, para su sorpresa, es rozado en la coraza por la espada de Héctor, algo que nadie había conseguido nunca. Posteriormente, tras un arrasador ataque del hijo de Peleo, Héctor tropieza y se lesiona el pie. El combate ya tiene vencedor, y Aquiles tarda poco en consagrarse como tal, asesinando al Príncipe de Troya.

Algo similar sucedió en la final que pudimos ver el Domingo de Clausura en Londres 2012. España plantó cara a Estados Unidos, llegando a ponerse por delante en varias ocasiones. El tercer cuarto de ese partido es la mayor exhibición de baloncesto (por un combinado y otro) que he visto en mi vida. Hubo un momento concreto, que el partido se convirtió en eso que tanto odian los entrenadores y los "entendidos" del baloncesto: Un correcalles con todas las de la ley, con contraataques continuos, robos de balón, triples de un lado, mates del otro. El Baloncesto hecho placer, convertido en Pornografía.

España hizo lo que ninguna otra Selección durante el Campeonato (ni siquiera Lituania, que también plantó cara, ni Argentina, que se desinfló en el tercer cuarto): Llegó viva al último cuarto del partido. Rozó la coraza de Estados Unidos. Pero entonces Durant sacó la metralleta a pasear, y James el rifle de repetición. España tuvo opciones hasta el final, pero perdió, con una ventaja en contra de siete honrosos puntos.

Pau Gasol, en el banquillo, tenía la mirada insatisfecha del hombre que sabe que ha estado a punto de marcar un Hito, pero al mismo tiempo la de alguien contento por la altura alcanzada. No sé si la Selección Española superará esa muesca algún día, pero parece poco probable que lo haga con esta generación crepuscular de jugadores. En cualquier caso, lo logrado es Histórico, no sólo para el baloncesto Español, sino para el baloncesto generado fuera de las fronteras americanas, acostumbrado a ir siempre un paso por detrás, y que ahora puede mirar directamente a la cara de estos.

No sé si hay otra vida después de esta, pero si la hay, les aseguro que Naismith se sintió feliz de ver cómo aquel deporte que creó para entretener a sus alumnos de Educación Física en un colegio de Indiana, alcanzaba niveles de obra de arte gracias a estos dos grupos de Héroes Mitológicos del Baloncesto.


4. Más humano que cualquier humano: Michael Phelps.

Reconozco que no he seguido muy de cerca la carrera de este hombre. Ni siquiera en estos juegos estuve muy atento a la posibilidad de que lograra ese récord Histórico de medallas Olímpicas, pero no reflexionar sobre tamaña heroicidad en un artículo sobre los JJOO sería un delito.

La superación más difícil de conseguir es la de uno mismo. Los límites más complicados de superar no son los que te ponen esos agentes exteriores que se hacen llamar personas. Los límites realmente difíciles de superar son los que te pones tú mismo. ¿Cuántas horas eres capaz de luchar? ¿Cuántas horas eres capaz de dedicarle a lo que quieres ser, a tu pasión? ¿cuántas horas de sueño eres capaz de sacrificar para llevarla a cabo? ¿Cuántas cosas eres capaz de sacrificar para lograr tus deseos?

Eso es Superación. El Deporte es un catálogo de ejemplos de este tipo: Mohamed Alí (que revalidó su título de Campeón Mundial de Boxeo a los 32 años, después de años inhabilitado por negarse a ir a la guerra del Vietnam), Michael Jordan (amén de ser hexacampeón de la NBA, demostró a todos que era algo más que un anotador, mejorando en varios aspectos del juego) Mark Spitz (Logró el récord Histórico de Medallas Olímpicas en Natación hasta que Phelps lo superó), Nadia Comaneci (Logró el primer ejercicio perfecto en Gimnasia, con un diez de nota otorgado por todos los jueces), Sergei Bubka (Batió hasta 35 veces su propio récord del mundo en Salto con Pértiga), o la propia Larissa Latynina (Gimnasta Artística, que ostentaba el récord de Medallas Olímpicas hasta que llegó Phelps). Todos ellos son personas que han sabido serlo hasta las últimas consecuencias. Que han explotado los límites de su humanidad hasta extremos nunca antes conocidos.

Michael Phelps es uno de ellos, y como tal, merece ser recordado. No sólo para su propia gloria personal, sino para inspirar a los que observamos su hazaña, y a los que oirán hablar de ella en el futuro.

5. Deportes que no volveré a ver hasta dentro de cuatro años.


El Hockey Hierba. Y mira que me da pena, porque es un deporte bastante interesante. Por alguna razón que no logro comprender, incluso me interesa más que el Hockey Patines, o el Hockey Hielo. Pero a no ser que me vaya a Barcelona, y concretamente a Terrassa, donde se desarrolla este deporte en España, con dos familias que lo practican desde hace décadas, me parece que tendré que conformarme con volver a verlo en Río de Janeiro 2016.

Natación Sincronizada. Bueno, aún éste lo veo cuando hay algún Mundial o algún Europeo. Es un deporte bastante interesante técnica y artísticamente hablando, pero la verdad que no seré muy seguidor de sus quehaceres semanales.

Canoa. Éste es el arquetipo de deporte que no volveré a ver hasta dentro de cuatro años. Jamás me acuerdo de David Cal hasta que llegan los Juegos Olímpicos. Y mira que ya se ha convertido en el mejor medallista de la Historia de España. Pero volveré a olvidarme de su nombre hasta 2016. Este año, ni siquiera estaba seguro de si competía. Por suerte, sí lo hizo, y vaya carrerón se pegó.

Taekwondo y Vela. Dos deportes que me importan tan poco en mi vida diaria que hasta los sitúo juntos, aunque no tengan nada que ver el uno con el otro. Y me da rabia porque son los dos deportes que más medallas nos han dado en estos juegos (y la Vela es el que más nos ha dado históricamente), pero no consigo que me interesen.

Otros: El Waterpolo, Tiro con Arco, Lucha Libre (bueno, a veces me da por ver Pressing Catch, pero no es lo mismo ¿no?), Badmington (ni siquiera lo veo en los juegos), Voleibol (odio el voleibol, dicho sea de paso), y muchos, muchos más.

6. Deportes que me gustaría ver en unas Olimpiadas.

Futbol Sala. A mí no me toques los cojones. Si hay Voley Playa tiene que haber Fútbol Sala. Si hay Natación cien metros "su puta madre", tiene que haber Fútbol Sala. Si hay Tennis de Mesa, no me jodas, hombre, no me jodas... Tiene que haber Fútbol Sala. Sería algo que terminaría de consagrar un deporte espectacular. Es más, si quieres quita el Fútbol grande, que no van sino niñatos, y pon el Fútbol Sala. A estas alturas, con una Selección que ha sido "nosécuantas" veces campeona del Mundo, ya llevaríamos un chorro de Medallas. 2016 sería una cita interesante para este deporte, con una posible final entre los dos países punteros: España, y la que sería la anfritriona, Brasil. Sólo lo comento.

Hockey Patines. Sé que ya hay Hockey Hierba, pero me apetece ver este deporte en unos juegos. Creo que también nos llevaríamos medalla seguro, pero aparte considero que una final España-Argentina sería espectacular.

Kite Surf, Surf, Windsurf. Éste último ya lo era, pero lo han quitado. Creo que son deportes muy interesantes, aunque se dependa en exceso de costas que generen buenas olas, o grandes vientos. Hay muchos deportistas Históricos en estas modalidades, ejemplos para cualquier tipo de deportista (se me viene a la cabeza Kelly Slater), que no poseen un Oro. Y eso tiene delito.

Street Basket. No, no se rían, no es coña. Me remito a lo que dije antes con el Fútbol Sala. Si hay Voley Playa, o Tennis de Mesa, que son deportes que la gente de a pie suele practicar como mero entretenimiento, o en el caso de Voley Playa, como complemento al Voleibol, ¿Por qué no podría tener cabida esta modalidad de baloncesto? Desde hace años, se juegan competiciones internacionales, en las modalidades de 1x1, 3x3, y 5x5, con algunas reglas diferentes al Baloncesto Profesional (Sistema de puntuación por canasta, límite de tiempo jugado, gana el partido el equipo que logra llegar a los 15 puntos, etc...). Éstas están organizadas, en su mayoría, por grandes marcas deportivas, y juegan muchos amateurs, pero también hay un circuito profesional muy interesante. Las imágenes que hay de estos torneos, donde prima el espectáculo por encima de todo, son impresionantes. Creo que habría que considerarlo seriamente como una opción Olímpica.

7. Los Juegos Olímpicos se merecen una retransmisión televisiva como Dios manda.

Me van a perdonar, pero Televisión Española ya no es lo que era (bueno, en información general estaban en uno de sus mejores momentos, pero ha llegado el PP para cargárselo). En realidad nunca fue gran cosa en lo que a retransmisiones deportivas se refiere. Dirán lo que quieran los ortodoxos del periodismo deportivo, pero las narraciones futbolísticas de José Angel De la Casa eran infumables, y doy gracias a la aparición de Carlos Martínez en Canal Plus (aunque odio las retransmisiones deportivas de La Sexta... ni tan calvo, ni con dos pelucas).

Pero al menos antes había grandes periodistas del género en la cadena pública. Ya hace tiempo que no sale un Matías Prats (hijo y padre), o una Olga Viza. María Escario sigue, pero se encarga de las noticias. Paloma del Río es la única que da el cayo, pero es que la señora es una superviviente de generaciones anteriores. Los narradores y periodistas de ahora no dan el nivel. Es un hecho. Ahora que trabajar en la cadena pública no es el culmen de una carrera periodística en este país (y menos en lo que a Deportes se refiere), en TVE no quedan sino los que se aferran al puesto con uñas y dientes.

Paloma del Río
Este año, al menos, han tenido la decencia de unir a las aberrantes narraciones, comentarios de especialistas en cada deporte, a destacar Jorge Garbajosa y Mario Pesquera en Baloncesto, Alberto Urdiales en Balonmano, Genma Mengual en Sincronizada, y sobre todo Almudena Cid en Gimnasia Rítmica, entre otros.

Pero ni los comentarios acertados de estos grandes profesionales han podido eclipsar la torpeza (porque no tiene otra palabra) en la forma de expresar el deporte, de los Ernest Rivera, Fé López, Marta Solano, Silvia Barba, Lourdes García Campos y demás.

Los JJOO son el evento deportivo más importante que existe, junto con los Mundiales de Fútbol, y se merecen una retransmisión como Dios manda. Lo malo es que quizá la única cadena con profesionales de entidad para poder cubrir bien un evento como éste, es Canal Plus. Pero no es viable, en absoluto, unos Juegos en Retransmisión Privada. Una pena.


Brasil no queda tan lejos. Al calcularlo, pienso que sería hermoso que este blog siguiera en activo en 2016. O más allá. Quién sabe.