Advertencia: Los primeros doce párrafos de esta entrada se pueden leer sin miedo a que te destripen nada del filme, puesto que no contienen spoilers. Los siguientes sí los tendrán, pero serás convenientemente avisado para que no te estropeen nada antes de haber visto la película. De todas formas, y aún a riesgo de que no leas este post, he de decir que yo siempre recomiendo entrar a las salas de cine sin saber nada de la cinta que vas a visionar. Así que, si quieres, este artículo te estará esperando, una vez lo hayas hecho.
Son las once de la mañana y estoy nervioso. Aún quedan cuatro horas y cuarenta y cinco minutos para que el cine donde he decidido ver The Dark Knight Rises estrene la película. Horas antes, aún estaba dudando en coger un avión hasta Madrid para verla en Versión Original Subtitulada. Tenía la posibilidad de conseguir un billete bastante barato. Pero un billete barato a Madrid no garantiza que el viaje lo sea. No en una ciudad donde el ticket sencillo de metro ya alcanza casi los dos Euros. Me fastidia sobremanera conformarme con escuchar las voces dobladas, perderme una parte importante de las interpretaciones de los actores. Pero el dinero del billete, y los posibles gastos de la estancia en la capital, me pueden servir para el proyecto que tengo previsto rodar en verano, así que decido quedarme.
Elijo unos cines del sur de Tenerife, que no voy a mencionar, pero que todos conocen. Es curioso porque los dos multicines que hay en la zona son de la misma compañía... y ambos tienen en cartelera las mismas películas. Sin ánimo de ofender, deberían revisar bien la estrategia.
El caso es que decido entrar en la sesión de las 15.45, la más temprana de todas. La sesión antiniñatos, aunque como puedo comprobar después, no exenta de gilipollas. ¿cómo se puede ser tan retrasado de dejar el móvil encendido en la sala? ¿es que no te han advertido suficientes veces ya que hay que silenciarlo? ¿Qué hay que hacer, poner un control en la entrada para que no metas el puto móvil dentro? ¿cómo tienes los huevos, encima, de responder, y ponerte a hablar dentro de la sala, como si estuvieras en el salón de tu casa? En serio, y esto no lo digo con ánimo de buscar polémica, sino con intención reflexiva, los canarios deberíamos hacernos mirar nuestra forma de comportarnos en una sala de cine. He estado en cines de Madrid, Coruña, Granada, Oporto, Orense, o Bilbao, y también había gilipollas, pero nunca vi a la gente portarse con tan mala educación como aquí. Es más, es el único sitio donde si les reprochas estar hablando en la sala, no sólo no se avergüenzan (como en todos los lugares que mencioné), sino que encima van y se rebotan. Es una cosa que me da mucha vergüenza, como canario que soy.
Subnormales a parte, la película comienza, Con los rasguidos musicales que Hans Zimmer y James Newton Howard (Aunque este último no participa en T.D.K.R.) han hecho marca de la casa. Comienzo a disfrutar. El ritmo del filme va lento, pero seguro. Y justo en la escena que da pie al verdadero arranque de la trama, y como si de un presagio de lo que íbamos a ver se tratara, la película se quema. Literalmente. En un primer plano de Michael Caine, el fotograma se desmenuza, hasta desaparecer, como en una peli de ensayo de los años sesenta, o un videoclip cutre. Un claro síntoma de que el negativo se ha quemado. No recuerdo la cantidad de veces que he estado en una sala de cine, y sí que me habían pasado cosas extrañas dentro de ella, pero que se quemara la película... Nunca.
Las luces se encienden. El acomodador entra en la sala.
–Les informamos de que la película se ha quemado. No se preocupen, el problema se solucionará en cinco minutos. Si quieren, pueden aprovechar para ir al baño, o comprar palomitas.
Entonces le contesta un tipo.
–Chacho, no me jodas que has hecho esto pa´ sacarnos el dinero–.Todos nos descojonamos en la sala (¿Ven? esto sí que me gusta de los canarios, esa manera de tomarse las cosas).
La película se reinicia, en el mismo rollo. Esta vez no tengo salvación.
No puedo decir que sea la mejor incursión cinematográfica del Murciélago. Pero es un gran filme, un cierre perfecto para la trilogía. Tiene licencias de adaptación que no han terminado de gustarme del todo, y se desaprovechan algunos personajes. Pero cuando salgo de la sala lo siento. Siento el poso que se me queda cuando he visto una gran película. No sé cómo explicarlo, porque no se trata de algo racional. Es como una enfermedad, o mejor dicho, un conato de trastorno psicológico, que me acompaña en los momentos posteriores al visionado de un film que me ha marcado. Es como ese amigo que está ahí, que rara vez habla, pero que cuando lo hace dice verdades como puños. Bane, y su crueldad implacable; los rasguidos musicales de cuerdas graves, desatados, que emergen cada vez que está en pantalla. Catwoman, y las emociones encontradas que despierta, emociones de amor y lujuria. Batman, renaciendo, y asumiendo su condición de héroe hasta las últimas consecuencias. La puta gloria.
Sí, definitivamente es un peliculón. Quisiera visionarla de nuevo, y hacer un análisis más paciente, que podrán ver en la actualización de El Murciélago en movimiento, un artículo que comenta las diferentes películas de Batman a lo largo de la Historia. Pero, hasta entonces, prefiero evitar la tentación de spoilear...
Bueno, vale, sólo un poquito, para los que ya han visto la película
ATENCIÓN: COMIENZAN LOS SPOILERS.
Cosas que me gustaron:
– Bane. Implacable, violento, terrorífico. En resumidas cuentas, impresionante. Su presencia siempre llena la pantalla. No tanto como lo hizo el Joker en The Dark Knight, pero definitivamente la llena. La primera pelea entre Batman y él, es sencillamente brutal. Me hubiera gustado escuchar la voz original de Tom Hardy.
– Los personajes femeninos: Por fin, Nolan consiguió darles el empaque merecido. Aunque Thalia Al Ghul no es tan genial como imaginaba, Marion Cotillard supera con creces a Katie Holmes y Maggie Gyllenhal.
– Anne Hathaway. Podría estar en el apartado anterior, pero creo que se merece uno para ella sola. Cada vez que aparece en pantalla, le basta una mirada para rasgar con uñas de gata el alma, el corazón (y algún que otro órgano más) de los espectadores.
– Batman y Christian Bale. A pesar de su maravilloso trabajo en las otras dos entregas de la saga, Bale siempre parecía a rebufo de un personaje que tiende a eclipsar a los actores que lo interpretan. Esa máscara es demasiado poderosa. Bale le ha dado en todas las entregas un registro de voz grave que seguramente será imitado en próximas adaptaciones del personaje. Pero en este film tiene auténticos momentos de cumbre interpretativa, sobre todo en las escenas carcelarias, y en especial en ese glorioso momento en el que renace.
– El Renacimiento. Para mí, la escena más emocionante de toda la trilogía. No la mejor, pero sí la más emocionante. Ése es Batman, en toda su plenitud. Saltando cualquier obstáculo, por enorme que sea. Cuando, de repente, emergen los murciélagos de una de las oquedades de la pared, casi se me escapan las lágrimas. Las de los ojos, y las de mi pene.
–La Banda sonora de Hans Zimmer. Sin ella, esta película no gozaría del bagaje que tiene. En especial, una vez más, la música que acompaña al villano, es alucinante. La emoción, la terrible sensación de desaliento que se siente en muchos momentos de esta película, se debe a este gran compositor, que no solo mejora con los años, sino que se hace más moderno.
Cosas que NO me gustaron:
–Thalia Al Ghul. Y en general todo lo que Nolan ha hecho con la familia Al Ghul. Creo que está claramente desaprovechada. No digo que esté mal hecho, pero está desaprovechado. Detesté especialmente que Thalia se hubiera acostado con Bruce Wayne sólo para conseguir su objetivo final. Llámenme quisquilloso, pero esa no es Thalia. Thalia está enamorada de Batman, eso es lo que la convierte en un personaje lleno de contradicciones, un personaje redondo. Pero de esto ya hablaremos más detalladamente en el post que mencioné antes.
– La extraña desaparición de Alfred. No entiendo que el mejor aliado de Batman desaparezca de repente. Creo que merecía un final bastante más digno, por mucho que hayan metido esa conclusión felicísima en la que tiene gran protagonismo. Si nos ponemos a cavilar, incluso la muerte hubiera sido un cierre estupendo para este personaje, y quizá un motivador más para el renacimiento de Batman.
– Bane. Sí, lo puse arriba como uno de los aciertos, pero creo que el personaje se ve ensombrecido por el truco final de desvelar que, en realidad, fue Thalia quien organizó la trama, y quien además, escapó de aquella cárcel. En menos de un minuto, todo el poder mitológico del personaje se derrumba. Y quizá esta era la intención de Nolan, pero no estoy seguro de que sea una decisión muy acertada. Que para Bane sea todo una cuestión de amor, es una licencia de adaptación que no me entusiasma del todo, por muy bonita que sea.
Rumores Confirmados:
En el artículo Esperando al Murciélago, publicado días antes del estreno de The Dark Knight Rises, enumeraba una serie de rumores o teorías sobre hechos que iban a verse en el filme. Voy a hacer un repaso, a ver en cuáles acerté, y en cuáles patiné descaradamente.
Aciertos:
– Marion Cotillard es Thalia Al Ghul. Se veía venir, después del anuncio de que Liam Neeson (Ras Al Ghul) aparecería en pantalla. Creo que, además, los responsables de Warner fueron un poquito tontos, porque no era necesario dar pistas como poner en los créditos un personaje llamado "Young Thalia Al Ghul", cuando en realidad no se sabe que es una niña, y que es Thalia, hasta el final.
– Sí, Liam Neeson vuelve, aunque su presencia es casi testimonial (apenas una secuencia nueva, todas las demás imágenes están cogidas de Batman Begins).
– John Blake (Joseph Gordon-Levitt) es Robin. Aunque no queda claro si al final será Robin, o el propio Batman, pero es un héroe. La triquiñuela de que el personaje en verdad se llame John Robin Blake es un poquito tramposa, pero comprensible, ya que todos los fans conocen a la perfección cuales son los nombres de los que vistieron el traje del chico maravilla.
– Sí, Espantapájaros sale, aunque no con la máscara, sino como Jonathan Crane, que es el que juzga a los rebeldes en el nuevo régimen impuesto por Bane. También es cierto que es Blackgate la prisión liberada por Bane, tal como dijimos.
– Y en efecto, el gran protagonista, junto con Batman, de toda esta Historia, es Gotham y sus ciudadanos. Batman representa la fuerza de voluntad de este pueblo, aún cuando las cosas se ponen duras.
Fallos:
– Ni Thalia ni Ras aparecen para ayudar a Bruce Wayne a Renacer. Hubiera sido bonito, pero no es así.
– No sale Lady Shiva, ni Miranda Tate cumple esa función.
– No reaparece el Joker, ni Dos Caras, aunque se mencione a Harvey Dent en varias ocasiones.
– No queda claro si John Blake será Batman o Robin.
Y creo que con esto está todo. Lo que está claro es que esta saga está terminada, y muy bien. Esperaremos a ver qué nos depara el futuro cinematográfico del Señor de la Noche. Tengo un poco de miedo, pero no me cabe duda de que el personaje es tremendamente rico, como para que se haya contado todo lo que se puede contar sobre él.
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sábado, 21 de julio de 2012
jueves, 19 de julio de 2012
El Murciélago en Movimiento (Un repaso a los filmes en acción real de Batman).
Continúo con mi cruzada personal para honrar el inminente estreno de The Dark Knight Rises. Esta vez sin spoilers. Bueno, si no has visto las películas de las que hablo, posiblemente sí, pero te jodes (haber estudiado).
Hoy empezaré haciendo un repaso a las siete películas que se han producido, en diferentes épocas. Voy a centrarme simplemente en los largometrajes estrenados en salas, y en concreto en los de imagen real. Lo hago de esta manera, a pesar de que, personalmente, creo que lo mejor que hemos visto en una pantalla sobre el personaje es la serie animada creada por Bruce Timm, Batman the animated series; o de que La Máscara del Fantasma (realizada por el mismo equipo que la serie de animación) fue hasta la irrupción de Nolan, el mejor largometraje del Hombre Murciélago. De ellas hablaré con más detalle en otro momento (esta semana no, porque no toca), aprovechando que, además, hay muchas más películas animadas, y que me gustaría visionar para poder hablar con propiedad del tema. De la serie de los sesenta, mejor no comentar mucho, aunque no me quedará más remedio que mencionarla en el siguiente párrafo.
1. Un inicio un tanto paródico.
La primera película de Batman se realizó como extensión al famoso show del canal americano ABC. Era el año 1966, y la serie protagonizada por Adam West y Burt Ward había sido un tremendo éxito. A ver, he de reconocer que, vista con perspectiva, le he cogido cierto cariño a la cinta. Esto se debe a que he comprendido cuál era la naturaleza de la misma (y por ende, de la serie), una comedia absurda y paródica de las historias de superhéroes. De hecho, a este estilo de humor se le llama comedia "Camp". No me pregunten cual es el origen etimológico de este término porque no me interesa un carajo. Estamos hablando de Batman, cojones.
El caso es que el filme, titulado Batman, La Película; tiene algunas secuencias realmente divertidas, como aquella en la que Batman golpea repetidas veces a un tiburón que se le ha enganchado en la pierna (un tiburón bastante falso, todo sea dicho). El hombre murciélago acaba gritando "¡Robin, tráeme el spray espanta-tiburones!", y el chico maravilla escoge entre varios sprays, hasta que encuentra el que, según su etiqueta, sirve exactamente para espantar escualos. O aquella otra en la que Batman no sabe cómo deshacerse de una bomba que está a punto de estallarle en las manos, porque, vaya donde vaya, siempre hay un inocente al que puede dañar (el colmo es cuando encuentra una zona de agua donde lanzarla sin dañar a personas, pero recula al ver a varios patitos nadando).
No tengo nada contra esta película, y reconozco que la serie en sí dio mucha popularidad al personaje. Pero fue una época del Caballero Oscuro en la que no era merecedor de ese sobrenombre, así que no considero ni este filme, ni la serie de la que deriva, como una historia de Batman. Es un divertimento intencionadamente cutre, que además ahonda en muchos aspectos gilipollescos subyacientes de la censura americana de la época, y en concreto del libro La Seducción del Inocente, que a su vez alertaba a la sociedad americana sobre Batman y Robin, supuestos instigadores de la homosexualidad en los jóvenes americanos. Fuera de la estupidez imperante a la hora de considerar la homosexualidad como una enfermedad, provocada además por leer un cómic, lo cierto es que las historias realizadas tanto en los comics, como en la tele, o en este mismo film, perjudicaron gravemente el desarrollo de uno de los mejores y más longevos personajes de ficción creados en el siglo XX.
2. Buen intento (La Saga iniciada por Burton y finalizada por Schumacher).
Afortunadamente, las cosas cambiaron en los años 70, gracias a nombres como Dennis O´neil, Neal Adams, Dick Giordano, Terry Austin, Steve Engleheart, o Marshall Rogers. Autores de algunos de los comics más impresionantes del Señor de la Noche, y auténticos instigadores del regreso de éste a su verdadera naturaleza: La oscuridad. Es en esta época cuando entra en escena Michael Uslan, que acabará siendo el productor ejecutivo de todas (y cuando digo todas, me refiero a TODAS) las películas rodadas en adelante sobre el Hombre Murciélago. En ese momento, Uslan está obsesionado con los ocho números realizados por Engleheart, Rogers y Austin (muchos consideran esta etapa como el Batman Definitivo), y a punto está de producir un film en 1979 con un guión basado en ellos. El proyecto fracasa, pero Uslan no ceja en su empeño, y consigue llevar a cabo su sueño en 1989.
Batman, dirigida por Tim Burton, es la primera gran obra cinematográfica del personaje. A pesar existir en ella muchos aspectos que fueron bastante criticados, y con razón, por su falta de fidelidad a los comics (Que el Joker fuera un mafioso, asesino en su juventud de los padres de Bruce Wayne, por ejemplo, no es una decisión muy acertada); hay que decir que sentó muchas de las bases visuales del personaje en el cine.
Fue la primera vez que se optó por cambiar el traje, de gris y azul, a totalmente negro. Un cambio que ha calado incluso en las películas de Christopher Nolan, a pesar de su intención de romper con todo. Pero si por algo será recordada esta cinta será por su Dirección de Arte, ganadora de un Oscar, y por la música de Danny Elfman. Tendrían que pasar casi veinte años, con la salida de The Dark Knight, hasta que Hans Zimmer y James Newton Howard crearan un Score digno de compararse a los que Elfman hizo en las dos obras de Tim Burton.
La historia de Anton Furst, el Director de Arte que dio vida a la inolvidable Gotham City de este film, es mucho más triste. Tim Burton decidió no contar con él para la secuela de la cinta, Batman Returns. El pobre Furst sufrió una grave depresión y acabó suicidándose.
En el elenco actoral estuvieron Michael Keaton, llenando de personalidad al protagonista (a pesar de las voces contrarias a que él lo encarnara), Kim Bassinger en el papel de Vicky Vale (y a la que NINGUNA actriz ha hecho sombra en los filmes posteriores de ninguna de las dos sagas), o Jack Nicholson creando una inolvidable versión de El Joker.
Personalmente, he de declarar un amor descontrolado por esta obra, que vi en su estreno, y es la primera película que tengo consciencia de haber visionado en una sala de cine (había ido mucho antes, a ver ET, pero era tan pequeño que no lo recuerdo). Aún se me ponen los pelos de punta viendo esos emocionantes créditos iniciales. En la escena inmediatamente posterior, aparece Batman por primera vez, y agarra de la pechera a un ladronzuelo. También me agarró a mí, en nombre del cine, y no me ha soltado jamás.
Años después, y como era de esperar, estrenaron la secuela de la película, titulada Batman Returns. En ella repetiría Michael Keaton como Señor de la Noche, y Tim Burton como director, amén de Danny Elfman como compositor de la Banda Sonora.
La mayor crítica que se le puede hacer a Batman Returns, es que, a pesar de ser la más oscura de las películas del murciélago, le sucede casi lo mismo que al filme rodado en 1966: No es una historia de Batman. Es decir, sale él, y salen, gloriosamente caracterizados, personajes como El Pingüino (impresionante Danny De Vito) o Catwoman (todo lo que pueda decir sobre Michelle Pfeiffer en traje de látex serán burradas, burradas, y más burradas); pero no es una historia de Batman. Es una genialidad terrorífica y negra como el carbón, muy en la línea de lo que haría Burton años después con Sweeney Todd, pero no es una historia de Batman. Tiene una secuencia maravillosa (que parece ser, homenajearán en The Dark Knight Rises), en la que Bruce Wayne y Selina Kyle descubren, tras besarse, que son Batman y Catwoman, y que acto seguido tendrán que salir a la calle a pelearse... Pero no es una historia de Batman.
Ahora, si Batman Returns no es una película del Hombre Murciélago, menos aún lo son Batman Forever, o Batman y Robin, ambas dirigidas por Joel Schumacher. No perderé mucho el tiempo con ellas. Son cintas, sobre todo la primera de ellas, muy entretenidas, con mucha acción, y con un incontestable poder visual (basado, sobre todo, en la Dirección de Arte, y el vestuario). Pero suponen casi una vuelta a los años de la serie de televisión, con una diferencia: No pretenden hacer comedia absurda, pero tienen escenas tan burdas o más que el film de 1966. Ni George Clooney, ni Val Kilmer están a la altura de Michael Keaton, y los personajes femeninos no aportan nada. De Robin con un piercing y pezones marcados, mejor no hablamos.
3. A la tercera va la vencida (La Trilogía del Caballero Oscuro).
Justo cuando explotaban en el aire todo tipo de rumores sobre proyectos batmanianos, a cual más estrambótico (Superman vs Batman era uno de ellos, no digo más), o cuando se hablaba de una última entrega dirigida por Schumacher, llamada Batman Triumphant (uff...), surgió Christopher Nolan para poner las cosas en su sitio.
Nolan se unió a David S. Goyer, que tenía cierta experiencia en adaptar comics a la gran pantalla, y juntos escribieron el guión de Batman Begins. Christian Bale fue elegido como nuevo Bruce Wayne/Batman, y se decidió que esta película rompería con todas las anteriores. Sería como una especie de revisión del personaje, empezando por sus orígenes, nunca narrados en cine.
Muchos se llenan la boca diciendo que el Batman de Nolan bebe directamente de la aproximación que hicieron Frank Miller y David Mazzuchelli en Batman: Año Uno. La obra de Miller está bastante presente en el filme, pero si quieren conocer cuál fue la influencia capital de Nolan para afrontar esta nueva película, busquen la historieta "El Hombre que Cae", realizada a finales de los años 80 por dos viejos conocidos: Denny O´neil y Dick Giordano. En las 16 páginas que componen la historia, se narra el origen de Batman, desde que asesinan a sus padres, hasta que viste el manto, pasando por su preparación física y mental, amén de la irrupción del murciélago que se convierte en su razón de ser.
Lo emocionante del surgimiento de este proyecto, fue visionar por fin una versión fílmica de Batman digna de los comics. Nolan fue bastante fiel a lo que los fans conocíamos del personaje, haciendo pequeños cambios, normales en una adaptación, pero que no clamaban al cielo, como ocurría en la antigua saga. Muchos llaman a la serie iniciada con este film, "la saga realista" de Batman.
Consiguió darle al personaje un aspecto que justificaba, al mismo tiempo, su estatus de héroe de cómic, y de persona de carne y hueso. De hecho, el actor Christian Bale se enfunda el traje más sencillo y fácil de llevar de todos los que vistieron el manto del murciélago en el cine. Aún recuerdo a Michael Keaton teniendo que girarse 360 grados para poder ver a quién tenía detrás. Ese aspecto fue historia con esta nueva trilogía. Les parecerá una tontería, pero cuando se trata de un personaje cuya fuerza reside en gran parte en sus capacidades atléticas, el hecho de que no se vean en pantalla hace que éste se resienta.
Además, Nolan y Goyer le dieron a los villanos de la historia (Ras Al Ghul, y Espantapájaros, mención aparte de Rupert Thorne, o la testimonial presencia de Victor Zsasz) un leitmotiv realista. Esto era vital porque, aunque los villanos surgidos de las páginas de Detective Comics y Batman (Las series del murciélago), son posiblemente la mayor y mejor galería de malvados vista en el noveno arte, siempre perdían fuelle al ser trasladados a la gran pantalla. De hecho, en la mayor parte de las películas de super héroes cometían el mismo error: Pretender extrapolar literalmente lo que había en las páginas del cómic, a la imagen real. Esos intentos se quedaban siempre en una simple caricatura del personaje, un blanco fácil para las burlas del espectador sobre lo ridículo del disfraz que llevaba el malo en cuestión, o sobre la estupidez de sus actos.
Para empezar, Nolan evita la tentación de disfrazar al doctor Jonathan Crane de Espantapájaros. Ese disfraz, que en los comics resulta visualmente acertado, pues el ojo del lector sabe que se encuentra en un mundo compuesto por tinta y color, en imagen real hubiera quedado ridículo. Por tanto, en la historia de Batman Begins, Crane se pone la máscara de Espantapájaros para protegerse del gas que lanza a sus enemigos, y acto seguido asustarles con su nuevo rostro. Esta forma de hacer veraces a los antagonistas, hace que los espectadores tomen más en serio el peligro que estos representan para el protagonista.
Sucede lo mismo con Ras Al Ghul, aunque para mí el punto negativo de la película se encuentra precisamente en este personaje. He de decir que quizá soy demasiado susceptible con el tema, puesto que Ras es, de toda la fauna criminal que puebla las páginas del Detective enmascarado, mi espécimen favorito. Me molestó en un momento dado el anuncio de que iba a ser Ken Watanabe quien lo encarnara, porque era un actor que estaba de moda en las producciones de Hollywood del momento, y me daba rabia el hecho de que, a lo mejor, le habían escogido por eso. Sí, Ras era oriental en los comics. "Pero no oriental de japón, hombre de Dios" pensé, "es de oriente medio, cojones". Mi indignación se hizo superior al ver la unidimensionalidad que le estaban dando a los minutos que Watanabe salía en pantalla. "¿Cómo cojones os atrevéis a hacer esto con el villano más tridimensional, junto con Dos Caras, de todos los que tiene el Señor de la Noche?".
Pero resultó ser que, en realidad, Remy Ducard (Interpretado por Liam Neeson), era Ras Al Ghul. Una licencia de adaptación que se tomaron Nolan y Goyer. A ver, me gustó que, repentinamente, gozara de esa profundidad que temí no fuera a ver. Pero me molestó que decidieran no hacer de él un personaje Oriental, porque Ras lo era, y en mi modesta opinión, no se puede entender la naturaleza de este ser ficticio en concreto sin su orientalidad. Es decir, estamos hablando de un hombre que, en los comics, ha vivido durante siglos, y cuya forma de ser aún bebe de la época a la que pertenece: La de la Edad Media árabe. Es decir, tiene unos códigos morales muy marcados, totalmente anacrónicos, que le hacen ser alguien entrañable, a la vez que temido.
Está claro: Si decidieron que Ras no fuera oriental, se debió a una mera cuestión de corrección política, dado que en 2005 aún estaba candente el conflicto entre EEUU y varios países de Oriente Medio. Un personaje Árabe, y además terrorista, se antojaba como una fórmula demasiado peligrosa para mostrar ante los censores morales que lamentablemente abundan por el mundo.
De todas formas, y aunque pienso que en la versión de Nolan y Neeson sobre La Cabeza del Demonio, éste pierde cierto carisma del que sí gozaba en el papel, su espíritu está ahí, y está bastante bien adaptado al cine.
Aparte de estos aspectos, el filme hace gala de unas interpretaciones (desde el personaje más importante hasta el más anecdótico) maravillosas, a destacar los roles de auténticos super clase como Michael Caine, Gary Oldman, Tom Wilkinson y Morgan Freeman, pero sobre todo la espectacular creación de Cillian Murphy para el personaje del Espantapájaros. En los momentos en los que no tiene la máscara, el actor alcanza unos picos interpretativos estelares.
Por lo demás, me quedo con todas las escenas super heroicas que contiene el film. Lo verdaderamente emocionante para mí es este aspecto, porque hasta entonces, nunca se habían visto secuencias de acción tan dinámicas, en las que el murciélago mostrase todo su potencial físico, y sus ilimitados recursos para escapar de cualquier situación complicada. Las imágenes de Batman saltando de un tejado, golpeando a los criminales, interrogando a un policía corrupto bajo la lluvia, con el Batmóvil esquivando coches, o sobre todo aquella secuencia en la que escapa del asedio de la policía gracias a sus aliados los murciélagos... Todas ellas se quedan grabadas a fuego en la retina. Como en cualquier gran película que se precie.
Nolan logra hacer la mejor incursión cinematográfica de Batman... Hasta que, en 2008, se estrenó The Dark Knight.
No deja de ser irónico que se titule así (El Caballero Oscuro), siendo una cinta que apuesta decididamente por la luz. Frente a la oscuridad imperante en Batman Begins, T.D.K. se inicia con una visión diurna de Gotham. De eso trata la historia, de cómo el día se corrompe por culpa de la noche. De cómo la propia naturaleza de los seres humanos termina siendo siempre contaminada por nuestros intereses, propios o ajenos (ya sean buenos o malos). Nolan, esta vez acompañado en el guión por su hermano Jonathan (aunque Goyer tuvo que ver con la historia), plantea un juego pocas veces visto en el cine de Hollywood en general, y en el de superhéroes en particular. En estos estamentos de la industria claramente mainstream, sus personajes se dividen en dos frentes opuestos: El bien y el mal. El bien es puro, y el mal es impuro
T.D.K. transforma esta idea, gracias a Batman y los dos villanos que surgen en esta secuela: El Joker y Dos Caras. El Bien y el Mal vienen definidos con dos matices: El Blanco, representado por Harvey Dent (Aaron Eckhart), y el Oscuro, abanderado por Batman. Pero dentro de la claridad manifiesta de Dent, y de la oscuridad más tenebrosa del Hombre Murciélago, se divisan varias tonalidades, que confunden a ambos personajes y les hace confluír en un ambiguo grado de color. El Claroscuro.
Dent lucha contra el crimen desde el lado de la justicia, y Batman lo hace desde el extremo más forajido. Pero el Caballero Oscuro trabaja para ayudar a que se cumpla la ley, mientras que el Caballero Blanco no duda en saltársela cuando necesita solucionar el caso que le ocupa desesperadamente. Ésa es la razón por la que ambos son amigos, porque se complementan a la perfeccción.
Sin embargo, lo verdaderamente interesante del nuevo juego que plantea Nolan, es que la fuerza más pura de las tres que chocan en este filme no es ninguna de las que luchan por el Bien. Sino la que lucha por el mal, o mejor dicho... Por el Caos. El Joker interpretado por Heath Ledger es uno de los mejores villanos que se han creado nunca. Porque es puro. Es un personaje que adquiere una gran tridimensionalidad, precisamente por su aplastante unidimensionalidad. No hay en él una escala cromática de colores, no hay una evolución clara (como la hay, por ejemplo, en Harvey Dent, que termina convirtiéndose en Dos Caras). No se sabe quién es, ni de donde viene, ni por qué actúa de la manera que lo hace. En las dos ocasiones en las que explica cómo se hizo las cicatrices de la boca (el típico reducto del pasado, utilizado hasta la saciedad en Hollywood para definir el leitmotiv de los malvados), cuenta versiones diferentes, posiblemente falsas. Y eso lo hace simplemente... Complejo.
El Joker se empeña en mostrarnos que la pureza (y la verdadera justicia) de los seres humanos está en el Caos. Pero lo que realmente convierte esta película en una obra maestra, es que lo puro se ve siempre derrotado por lo corrupto... Y no necesariamente se trata de algo negativo.
En una de las secuencias finales, Joker coloca dos bombas en sendos barcos. Uno está lleno de civiles, y el otro de presos. Cada uno tiene un detonador, que puede hacer explotar el barco opuesto. Los civiles tienen la vida de los presos en sus manos, y viceversa. El príncipe de los Payasos está seguro de lo que va a suceder: Uno de los dos estamentos sociales hará destruir al otro, el que primero se decida a pulsar el botón. O, con suerte, los dos a la vez. Pero el plan de Joker fracasa en el instante en que la naturaleza de los seres humanos se corrompe. Lo normal, en un animal ansioso por sobrevivir como es el hombre, es que acabaran matándose los unos a los otros. Pero los pasajeros de ambos barcos acaban decidiendo no hacer uso del detonador. Su naturaleza animal, pura e irracionalmente ávida de supervivencia, se ve corrompida por su conducta racional, la que les indica a estas personas que lo que están a punto de hacer es inmoral.
En líneas generales, hay tres cosas que se podrían destacar de este film: El Joker, El Joker, y El Joker. No, en serio, hay muchos más aspectos excelentes en T.D.K., pero siempre halla sus más altas cotas de genialidad cuando el excéntrico villano entra en escena. Heath Ledger compone una de las interpretaciones más icónicas de la Historia del Cine, una lección maestra de cómo se aborda un personaje. Es capaz de manejar los registros faciales más histriónicos, para reducirlos al más contenido de los gestos; de orientar la voz a su capacidad más aguda, para luego despejarla a los extremos más graves. Y todo ello en milésimas de segundo. Un compendio de técnica actoral combinada con grandes dosis de poderío expresivo. Todo ello regado con un vestuario, un maquillaje (¡Esas cicatrices! ¡qué gran idea!), y peluquería excelsos. Acentuado, además, por una banda sonora de leyenda (a la que volveremos más tarde). Un regalo al cine.
Eso sí, un regalo envenenado. Un arma de doble filo, que consigue elevar la película a cotas estelares en cada una de las secuencias donde se muestra, pero cuyo vigor hace que tiemblen los cimientos del resto de metraje. Es como (permítanme la comparación) ese jugador de baloncesto que anota cuarenta puntos por partido, pero acapara todos los balones en ataque, impidiendo que otros compañeros colaboren en labores anotadoras. Los cuarenta puntos del jugador en cuestión harán que su equipo gane el partido, pero eso no ocultará sus limitaciones como grupo.
En T.D.K. sucede esto. La escenas del príncipe de los payasos son tan poderosas, que el resto del metraje se resiente. Esto es particularmente flagrante cuando hablamos de aquellas secuencias en las que se desarrolla el personaje de Harvey Dent, hasta que se convierte en Dos Caras. Este villano se merecía más, y el problema de que no destaque en su plenitud no es por culpa de que su trama esté mal construida. Todo lo contrario. Se trata de que si pones a dos gallos a pelear en un corral, o bien mueren los dos, o bien vive uno solo. Dos Caras y Joker son dos auténticos gallos dentro de la mitología del Hombre Murciélago, rara vez coincidentes. En este caso concreto que sí lo hacen, gana El Joker. Y ciertamente, Harvey Dent se merecía una entrega en la que fuera el villano principal.
Así y todo, The Dark Knight es una cinta que gana con cada visionado. Al principio se hace extraña, dado que parece estar a punto de terminar en un momento muy determinado (Cuando el Joker da a elegir a Batman entre salvar a Dent, o a Rachel Dawes), y de repente, continúa durante una hora más. Luego se acaba agradeciendo. En un primer visionado, el espectador puede llegar a sentir cierta molestia por esto, pero cuando le das otra oportunidad, se comienzan a apreciar matices en la trama que hacen ésta mucho más llevadera. Es algo que, generalmente, sucede con todo el cine de Christopher Nolan. Su ritmo es tan endiablado, y su afán intelectual es tan grande, que el espectador no tiene potestad para pestañear, si quiere entender lo que está pasando ante sus ojos. Origen es un claro ejemplo de esto, y The Prestige también. Pero cuando visionas por segunda vez estos filmes, empiezan a desgranarse cosas que son difícilmente perceptibles con un primer visionado.
Aparte de eso, destacar una vez más el rol de los secundarios de lujo (los Oldman, Caine y Freeman), e incluso de los extra secundarios (se me viene a la cabeza el Mafioso Ruso, o el tipo que va de copiloto en el camión que transporta a Dent); el poder visual de todos y cada uno de los planos de la cinta (algo que le debemos, en gran parte, al extraordinario Director de Fotografía Wally Pfister, habitual de Nolan), y sobre todo, sobre todo, sobre todo, la música compuesta por Hans Zimmer y James Newton Howard.
Como dije antes, éste fue el primer Score comparable con el realizado por Danny Elfman en Batman (1989). El corte Why so serious?, escrito y producido para las escenas de El Joker, es una pieza de museo. La emoción, el terror que nos provoca la presencia del excéntrico villano, se la debemos en gran parte a ese crescendo de guitarra, que no cede hasta que llega la fatalidad de los actos del Joker. El resto de la banda sonora no le va a la zaga, y profundiza en lo ya realizado en Batman Begins, consiguiendo una obra redonda.
En líneas generales, el punto flaco de los dos primeros filmes de la trilogía de Nolan, se encuentra en los personajes femeninos. Bueno, en el personaje femenino: Rachel Dawes. Ni Katie Holmes, ni Maggie Gyllenhal consiguen que el personaje salga a flote, lo que me hace pensar que se trata más bien de problemas de guión. Confío en que The Dark Knight Rises solucione este hecho, con dos actrices de sobrado carisma como Anne Hathaway, y Marion Cotillard, que además, y por primera vez, parecen estar en el extremo opuesto al Murciélago.
Tengo muchas esperanzas puestas en The Dark Knight Rises. Aparte del más que posible regreso de Ras Al Ghul a la saga, me hace ilusión que sea Bane (Tom Hardy) el último villano de la trilogía, quizá porque leí la saga de comics en las que aparecía por primera vez, Knightfall. Lo hice con adolescente ilusión, ya que se trataba de unos capítulos que iban a cambiar el status quo del Señor de la Noche. En su momento, me llevé una pequeña decepción, porque la saga no terminó como me hubiera gustado (le pasó lo mismo a muchos lectores). Ya les hablaré de esto una vez visione el filme.
Pero lo cierto es que confío en Nolan para darle la dignidad que merece a este Villano, y que esta maravillosa trilogía termine por todo lo alto.
Hoy empezaré haciendo un repaso a las siete películas que se han producido, en diferentes épocas. Voy a centrarme simplemente en los largometrajes estrenados en salas, y en concreto en los de imagen real. Lo hago de esta manera, a pesar de que, personalmente, creo que lo mejor que hemos visto en una pantalla sobre el personaje es la serie animada creada por Bruce Timm, Batman the animated series; o de que La Máscara del Fantasma (realizada por el mismo equipo que la serie de animación) fue hasta la irrupción de Nolan, el mejor largometraje del Hombre Murciélago. De ellas hablaré con más detalle en otro momento (esta semana no, porque no toca), aprovechando que, además, hay muchas más películas animadas, y que me gustaría visionar para poder hablar con propiedad del tema. De la serie de los sesenta, mejor no comentar mucho, aunque no me quedará más remedio que mencionarla en el siguiente párrafo.
1. Un inicio un tanto paródico.
La primera película de Batman se realizó como extensión al famoso show del canal americano ABC. Era el año 1966, y la serie protagonizada por Adam West y Burt Ward había sido un tremendo éxito. A ver, he de reconocer que, vista con perspectiva, le he cogido cierto cariño a la cinta. Esto se debe a que he comprendido cuál era la naturaleza de la misma (y por ende, de la serie), una comedia absurda y paródica de las historias de superhéroes. De hecho, a este estilo de humor se le llama comedia "Camp". No me pregunten cual es el origen etimológico de este término porque no me interesa un carajo. Estamos hablando de Batman, cojones.
El caso es que el filme, titulado Batman, La Película; tiene algunas secuencias realmente divertidas, como aquella en la que Batman golpea repetidas veces a un tiburón que se le ha enganchado en la pierna (un tiburón bastante falso, todo sea dicho). El hombre murciélago acaba gritando "¡Robin, tráeme el spray espanta-tiburones!", y el chico maravilla escoge entre varios sprays, hasta que encuentra el que, según su etiqueta, sirve exactamente para espantar escualos. O aquella otra en la que Batman no sabe cómo deshacerse de una bomba que está a punto de estallarle en las manos, porque, vaya donde vaya, siempre hay un inocente al que puede dañar (el colmo es cuando encuentra una zona de agua donde lanzarla sin dañar a personas, pero recula al ver a varios patitos nadando).
Sprays para todo tipo de bichos marinos. |
2. Buen intento (La Saga iniciada por Burton y finalizada por Schumacher).
Afortunadamente, las cosas cambiaron en los años 70, gracias a nombres como Dennis O´neil, Neal Adams, Dick Giordano, Terry Austin, Steve Engleheart, o Marshall Rogers. Autores de algunos de los comics más impresionantes del Señor de la Noche, y auténticos instigadores del regreso de éste a su verdadera naturaleza: La oscuridad. Es en esta época cuando entra en escena Michael Uslan, que acabará siendo el productor ejecutivo de todas (y cuando digo todas, me refiero a TODAS) las películas rodadas en adelante sobre el Hombre Murciélago. En ese momento, Uslan está obsesionado con los ocho números realizados por Engleheart, Rogers y Austin (muchos consideran esta etapa como el Batman Definitivo), y a punto está de producir un film en 1979 con un guión basado en ellos. El proyecto fracasa, pero Uslan no ceja en su empeño, y consigue llevar a cabo su sueño en 1989.
Batman, dirigida por Tim Burton, es la primera gran obra cinematográfica del personaje. A pesar existir en ella muchos aspectos que fueron bastante criticados, y con razón, por su falta de fidelidad a los comics (Que el Joker fuera un mafioso, asesino en su juventud de los padres de Bruce Wayne, por ejemplo, no es una decisión muy acertada); hay que decir que sentó muchas de las bases visuales del personaje en el cine.
Fue la primera vez que se optó por cambiar el traje, de gris y azul, a totalmente negro. Un cambio que ha calado incluso en las películas de Christopher Nolan, a pesar de su intención de romper con todo. Pero si por algo será recordada esta cinta será por su Dirección de Arte, ganadora de un Oscar, y por la música de Danny Elfman. Tendrían que pasar casi veinte años, con la salida de The Dark Knight, hasta que Hans Zimmer y James Newton Howard crearan un Score digno de compararse a los que Elfman hizo en las dos obras de Tim Burton.
La historia de Anton Furst, el Director de Arte que dio vida a la inolvidable Gotham City de este film, es mucho más triste. Tim Burton decidió no contar con él para la secuela de la cinta, Batman Returns. El pobre Furst sufrió una grave depresión y acabó suicidándose.
En el elenco actoral estuvieron Michael Keaton, llenando de personalidad al protagonista (a pesar de las voces contrarias a que él lo encarnara), Kim Bassinger en el papel de Vicky Vale (y a la que NINGUNA actriz ha hecho sombra en los filmes posteriores de ninguna de las dos sagas), o Jack Nicholson creando una inolvidable versión de El Joker.
Personalmente, he de declarar un amor descontrolado por esta obra, que vi en su estreno, y es la primera película que tengo consciencia de haber visionado en una sala de cine (había ido mucho antes, a ver ET, pero era tan pequeño que no lo recuerdo). Aún se me ponen los pelos de punta viendo esos emocionantes créditos iniciales. En la escena inmediatamente posterior, aparece Batman por primera vez, y agarra de la pechera a un ladronzuelo. También me agarró a mí, en nombre del cine, y no me ha soltado jamás.
El traje negro de Batman (1989) sentó precedente para el resto de la filmografía del murciélago. |
Años después, y como era de esperar, estrenaron la secuela de la película, titulada Batman Returns. En ella repetiría Michael Keaton como Señor de la Noche, y Tim Burton como director, amén de Danny Elfman como compositor de la Banda Sonora.
La mayor crítica que se le puede hacer a Batman Returns, es que, a pesar de ser la más oscura de las películas del murciélago, le sucede casi lo mismo que al filme rodado en 1966: No es una historia de Batman. Es decir, sale él, y salen, gloriosamente caracterizados, personajes como El Pingüino (impresionante Danny De Vito) o Catwoman (todo lo que pueda decir sobre Michelle Pfeiffer en traje de látex serán burradas, burradas, y más burradas); pero no es una historia de Batman. Es una genialidad terrorífica y negra como el carbón, muy en la línea de lo que haría Burton años después con Sweeney Todd, pero no es una historia de Batman. Tiene una secuencia maravillosa (que parece ser, homenajearán en The Dark Knight Rises), en la que Bruce Wayne y Selina Kyle descubren, tras besarse, que son Batman y Catwoman, y que acto seguido tendrán que salir a la calle a pelearse... Pero no es una historia de Batman.
Ahora, si Batman Returns no es una película del Hombre Murciélago, menos aún lo son Batman Forever, o Batman y Robin, ambas dirigidas por Joel Schumacher. No perderé mucho el tiempo con ellas. Son cintas, sobre todo la primera de ellas, muy entretenidas, con mucha acción, y con un incontestable poder visual (basado, sobre todo, en la Dirección de Arte, y el vestuario). Pero suponen casi una vuelta a los años de la serie de televisión, con una diferencia: No pretenden hacer comedia absurda, pero tienen escenas tan burdas o más que el film de 1966. Ni George Clooney, ni Val Kilmer están a la altura de Michael Keaton, y los personajes femeninos no aportan nada. De Robin con un piercing y pezones marcados, mejor no hablamos.
3. A la tercera va la vencida (La Trilogía del Caballero Oscuro).
Justo cuando explotaban en el aire todo tipo de rumores sobre proyectos batmanianos, a cual más estrambótico (Superman vs Batman era uno de ellos, no digo más), o cuando se hablaba de una última entrega dirigida por Schumacher, llamada Batman Triumphant (uff...), surgió Christopher Nolan para poner las cosas en su sitio.
Nolan se unió a David S. Goyer, que tenía cierta experiencia en adaptar comics a la gran pantalla, y juntos escribieron el guión de Batman Begins. Christian Bale fue elegido como nuevo Bruce Wayne/Batman, y se decidió que esta película rompería con todas las anteriores. Sería como una especie de revisión del personaje, empezando por sus orígenes, nunca narrados en cine.
Muchos se llenan la boca diciendo que el Batman de Nolan bebe directamente de la aproximación que hicieron Frank Miller y David Mazzuchelli en Batman: Año Uno. La obra de Miller está bastante presente en el filme, pero si quieren conocer cuál fue la influencia capital de Nolan para afrontar esta nueva película, busquen la historieta "El Hombre que Cae", realizada a finales de los años 80 por dos viejos conocidos: Denny O´neil y Dick Giordano. En las 16 páginas que componen la historia, se narra el origen de Batman, desde que asesinan a sus padres, hasta que viste el manto, pasando por su preparación física y mental, amén de la irrupción del murciélago que se convierte en su razón de ser.
Lo emocionante del surgimiento de este proyecto, fue visionar por fin una versión fílmica de Batman digna de los comics. Nolan fue bastante fiel a lo que los fans conocíamos del personaje, haciendo pequeños cambios, normales en una adaptación, pero que no clamaban al cielo, como ocurría en la antigua saga. Muchos llaman a la serie iniciada con este film, "la saga realista" de Batman.
Consiguió darle al personaje un aspecto que justificaba, al mismo tiempo, su estatus de héroe de cómic, y de persona de carne y hueso. De hecho, el actor Christian Bale se enfunda el traje más sencillo y fácil de llevar de todos los que vistieron el manto del murciélago en el cine. Aún recuerdo a Michael Keaton teniendo que girarse 360 grados para poder ver a quién tenía detrás. Ese aspecto fue historia con esta nueva trilogía. Les parecerá una tontería, pero cuando se trata de un personaje cuya fuerza reside en gran parte en sus capacidades atléticas, el hecho de que no se vean en pantalla hace que éste se resienta.
Además, Nolan y Goyer le dieron a los villanos de la historia (Ras Al Ghul, y Espantapájaros, mención aparte de Rupert Thorne, o la testimonial presencia de Victor Zsasz) un leitmotiv realista. Esto era vital porque, aunque los villanos surgidos de las páginas de Detective Comics y Batman (Las series del murciélago), son posiblemente la mayor y mejor galería de malvados vista en el noveno arte, siempre perdían fuelle al ser trasladados a la gran pantalla. De hecho, en la mayor parte de las películas de super héroes cometían el mismo error: Pretender extrapolar literalmente lo que había en las páginas del cómic, a la imagen real. Esos intentos se quedaban siempre en una simple caricatura del personaje, un blanco fácil para las burlas del espectador sobre lo ridículo del disfraz que llevaba el malo en cuestión, o sobre la estupidez de sus actos.
Para empezar, Nolan evita la tentación de disfrazar al doctor Jonathan Crane de Espantapájaros. Ese disfraz, que en los comics resulta visualmente acertado, pues el ojo del lector sabe que se encuentra en un mundo compuesto por tinta y color, en imagen real hubiera quedado ridículo. Por tanto, en la historia de Batman Begins, Crane se pone la máscara de Espantapájaros para protegerse del gas que lanza a sus enemigos, y acto seguido asustarles con su nuevo rostro. Esta forma de hacer veraces a los antagonistas, hace que los espectadores tomen más en serio el peligro que estos representan para el protagonista.
Sucede lo mismo con Ras Al Ghul, aunque para mí el punto negativo de la película se encuentra precisamente en este personaje. He de decir que quizá soy demasiado susceptible con el tema, puesto que Ras es, de toda la fauna criminal que puebla las páginas del Detective enmascarado, mi espécimen favorito. Me molestó en un momento dado el anuncio de que iba a ser Ken Watanabe quien lo encarnara, porque era un actor que estaba de moda en las producciones de Hollywood del momento, y me daba rabia el hecho de que, a lo mejor, le habían escogido por eso. Sí, Ras era oriental en los comics. "Pero no oriental de japón, hombre de Dios" pensé, "es de oriente medio, cojones". Mi indignación se hizo superior al ver la unidimensionalidad que le estaban dando a los minutos que Watanabe salía en pantalla. "¿Cómo cojones os atrevéis a hacer esto con el villano más tridimensional, junto con Dos Caras, de todos los que tiene el Señor de la Noche?".
Pero resultó ser que, en realidad, Remy Ducard (Interpretado por Liam Neeson), era Ras Al Ghul. Una licencia de adaptación que se tomaron Nolan y Goyer. A ver, me gustó que, repentinamente, gozara de esa profundidad que temí no fuera a ver. Pero me molestó que decidieran no hacer de él un personaje Oriental, porque Ras lo era, y en mi modesta opinión, no se puede entender la naturaleza de este ser ficticio en concreto sin su orientalidad. Es decir, estamos hablando de un hombre que, en los comics, ha vivido durante siglos, y cuya forma de ser aún bebe de la época a la que pertenece: La de la Edad Media árabe. Es decir, tiene unos códigos morales muy marcados, totalmente anacrónicos, que le hacen ser alguien entrañable, a la vez que temido.
Está claro: Si decidieron que Ras no fuera oriental, se debió a una mera cuestión de corrección política, dado que en 2005 aún estaba candente el conflicto entre EEUU y varios países de Oriente Medio. Un personaje Árabe, y además terrorista, se antojaba como una fórmula demasiado peligrosa para mostrar ante los censores morales que lamentablemente abundan por el mundo.
De todas formas, y aunque pienso que en la versión de Nolan y Neeson sobre La Cabeza del Demonio, éste pierde cierto carisma del que sí gozaba en el papel, su espíritu está ahí, y está bastante bien adaptado al cine.
Aparte de estos aspectos, el filme hace gala de unas interpretaciones (desde el personaje más importante hasta el más anecdótico) maravillosas, a destacar los roles de auténticos super clase como Michael Caine, Gary Oldman, Tom Wilkinson y Morgan Freeman, pero sobre todo la espectacular creación de Cillian Murphy para el personaje del Espantapájaros. En los momentos en los que no tiene la máscara, el actor alcanza unos picos interpretativos estelares.
Por lo demás, me quedo con todas las escenas super heroicas que contiene el film. Lo verdaderamente emocionante para mí es este aspecto, porque hasta entonces, nunca se habían visto secuencias de acción tan dinámicas, en las que el murciélago mostrase todo su potencial físico, y sus ilimitados recursos para escapar de cualquier situación complicada. Las imágenes de Batman saltando de un tejado, golpeando a los criminales, interrogando a un policía corrupto bajo la lluvia, con el Batmóvil esquivando coches, o sobre todo aquella secuencia en la que escapa del asedio de la policía gracias a sus aliados los murciélagos... Todas ellas se quedan grabadas a fuego en la retina. Como en cualquier gran película que se precie.
Nolan logra hacer la mejor incursión cinematográfica de Batman... Hasta que, en 2008, se estrenó The Dark Knight.
No deja de ser irónico que se titule así (El Caballero Oscuro), siendo una cinta que apuesta decididamente por la luz. Frente a la oscuridad imperante en Batman Begins, T.D.K. se inicia con una visión diurna de Gotham. De eso trata la historia, de cómo el día se corrompe por culpa de la noche. De cómo la propia naturaleza de los seres humanos termina siendo siempre contaminada por nuestros intereses, propios o ajenos (ya sean buenos o malos). Nolan, esta vez acompañado en el guión por su hermano Jonathan (aunque Goyer tuvo que ver con la historia), plantea un juego pocas veces visto en el cine de Hollywood en general, y en el de superhéroes en particular. En estos estamentos de la industria claramente mainstream, sus personajes se dividen en dos frentes opuestos: El bien y el mal. El bien es puro, y el mal es impuro
T.D.K. transforma esta idea, gracias a Batman y los dos villanos que surgen en esta secuela: El Joker y Dos Caras. El Bien y el Mal vienen definidos con dos matices: El Blanco, representado por Harvey Dent (Aaron Eckhart), y el Oscuro, abanderado por Batman. Pero dentro de la claridad manifiesta de Dent, y de la oscuridad más tenebrosa del Hombre Murciélago, se divisan varias tonalidades, que confunden a ambos personajes y les hace confluír en un ambiguo grado de color. El Claroscuro.
Dent lucha contra el crimen desde el lado de la justicia, y Batman lo hace desde el extremo más forajido. Pero el Caballero Oscuro trabaja para ayudar a que se cumpla la ley, mientras que el Caballero Blanco no duda en saltársela cuando necesita solucionar el caso que le ocupa desesperadamente. Ésa es la razón por la que ambos son amigos, porque se complementan a la perfeccción.
Sin embargo, lo verdaderamente interesante del nuevo juego que plantea Nolan, es que la fuerza más pura de las tres que chocan en este filme no es ninguna de las que luchan por el Bien. Sino la que lucha por el mal, o mejor dicho... Por el Caos. El Joker interpretado por Heath Ledger es uno de los mejores villanos que se han creado nunca. Porque es puro. Es un personaje que adquiere una gran tridimensionalidad, precisamente por su aplastante unidimensionalidad. No hay en él una escala cromática de colores, no hay una evolución clara (como la hay, por ejemplo, en Harvey Dent, que termina convirtiéndose en Dos Caras). No se sabe quién es, ni de donde viene, ni por qué actúa de la manera que lo hace. En las dos ocasiones en las que explica cómo se hizo las cicatrices de la boca (el típico reducto del pasado, utilizado hasta la saciedad en Hollywood para definir el leitmotiv de los malvados), cuenta versiones diferentes, posiblemente falsas. Y eso lo hace simplemente... Complejo.
El Joker se empeña en mostrarnos que la pureza (y la verdadera justicia) de los seres humanos está en el Caos. Pero lo que realmente convierte esta película en una obra maestra, es que lo puro se ve siempre derrotado por lo corrupto... Y no necesariamente se trata de algo negativo.
En una de las secuencias finales, Joker coloca dos bombas en sendos barcos. Uno está lleno de civiles, y el otro de presos. Cada uno tiene un detonador, que puede hacer explotar el barco opuesto. Los civiles tienen la vida de los presos en sus manos, y viceversa. El príncipe de los Payasos está seguro de lo que va a suceder: Uno de los dos estamentos sociales hará destruir al otro, el que primero se decida a pulsar el botón. O, con suerte, los dos a la vez. Pero el plan de Joker fracasa en el instante en que la naturaleza de los seres humanos se corrompe. Lo normal, en un animal ansioso por sobrevivir como es el hombre, es que acabaran matándose los unos a los otros. Pero los pasajeros de ambos barcos acaban decidiendo no hacer uso del detonador. Su naturaleza animal, pura e irracionalmente ávida de supervivencia, se ve corrompida por su conducta racional, la que les indica a estas personas que lo que están a punto de hacer es inmoral.
En líneas generales, hay tres cosas que se podrían destacar de este film: El Joker, El Joker, y El Joker. No, en serio, hay muchos más aspectos excelentes en T.D.K., pero siempre halla sus más altas cotas de genialidad cuando el excéntrico villano entra en escena. Heath Ledger compone una de las interpretaciones más icónicas de la Historia del Cine, una lección maestra de cómo se aborda un personaje. Es capaz de manejar los registros faciales más histriónicos, para reducirlos al más contenido de los gestos; de orientar la voz a su capacidad más aguda, para luego despejarla a los extremos más graves. Y todo ello en milésimas de segundo. Un compendio de técnica actoral combinada con grandes dosis de poderío expresivo. Todo ello regado con un vestuario, un maquillaje (¡Esas cicatrices! ¡qué gran idea!), y peluquería excelsos. Acentuado, además, por una banda sonora de leyenda (a la que volveremos más tarde). Un regalo al cine.
Eso sí, un regalo envenenado. Un arma de doble filo, que consigue elevar la película a cotas estelares en cada una de las secuencias donde se muestra, pero cuyo vigor hace que tiemblen los cimientos del resto de metraje. Es como (permítanme la comparación) ese jugador de baloncesto que anota cuarenta puntos por partido, pero acapara todos los balones en ataque, impidiendo que otros compañeros colaboren en labores anotadoras. Los cuarenta puntos del jugador en cuestión harán que su equipo gane el partido, pero eso no ocultará sus limitaciones como grupo.
En T.D.K. sucede esto. La escenas del príncipe de los payasos son tan poderosas, que el resto del metraje se resiente. Esto es particularmente flagrante cuando hablamos de aquellas secuencias en las que se desarrolla el personaje de Harvey Dent, hasta que se convierte en Dos Caras. Este villano se merecía más, y el problema de que no destaque en su plenitud no es por culpa de que su trama esté mal construida. Todo lo contrario. Se trata de que si pones a dos gallos a pelear en un corral, o bien mueren los dos, o bien vive uno solo. Dos Caras y Joker son dos auténticos gallos dentro de la mitología del Hombre Murciélago, rara vez coincidentes. En este caso concreto que sí lo hacen, gana El Joker. Y ciertamente, Harvey Dent se merecía una entrega en la que fuera el villano principal.
Dos Caras sufrió las consecuencias de un Joker descomunal |
Aparte de eso, destacar una vez más el rol de los secundarios de lujo (los Oldman, Caine y Freeman), e incluso de los extra secundarios (se me viene a la cabeza el Mafioso Ruso, o el tipo que va de copiloto en el camión que transporta a Dent); el poder visual de todos y cada uno de los planos de la cinta (algo que le debemos, en gran parte, al extraordinario Director de Fotografía Wally Pfister, habitual de Nolan), y sobre todo, sobre todo, sobre todo, la música compuesta por Hans Zimmer y James Newton Howard.
Como dije antes, éste fue el primer Score comparable con el realizado por Danny Elfman en Batman (1989). El corte Why so serious?, escrito y producido para las escenas de El Joker, es una pieza de museo. La emoción, el terror que nos provoca la presencia del excéntrico villano, se la debemos en gran parte a ese crescendo de guitarra, que no cede hasta que llega la fatalidad de los actos del Joker. El resto de la banda sonora no le va a la zaga, y profundiza en lo ya realizado en Batman Begins, consiguiendo una obra redonda.
En líneas generales, el punto flaco de los dos primeros filmes de la trilogía de Nolan, se encuentra en los personajes femeninos. Bueno, en el personaje femenino: Rachel Dawes. Ni Katie Holmes, ni Maggie Gyllenhal consiguen que el personaje salga a flote, lo que me hace pensar que se trata más bien de problemas de guión. Confío en que The Dark Knight Rises solucione este hecho, con dos actrices de sobrado carisma como Anne Hathaway, y Marion Cotillard, que además, y por primera vez, parecen estar en el extremo opuesto al Murciélago.
Tengo muchas esperanzas puestas en The Dark Knight Rises. Aparte del más que posible regreso de Ras Al Ghul a la saga, me hace ilusión que sea Bane (Tom Hardy) el último villano de la trilogía, quizá porque leí la saga de comics en las que aparecía por primera vez, Knightfall. Lo hice con adolescente ilusión, ya que se trataba de unos capítulos que iban a cambiar el status quo del Señor de la Noche. En su momento, me llevé una pequeña decepción, porque la saga no terminó como me hubiera gustado (le pasó lo mismo a muchos lectores). Ya les hablaré de esto una vez visione el filme.
Pero lo cierto es que confío en Nolan para darle la dignidad que merece a este Villano, y que esta maravillosa trilogía termine por todo lo alto.
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martes, 17 de julio de 2012
Esperando al Murciélago (Algunas teorías sobre la nueva película de Batman)
Advertencia 1: El 20 de Julio se producirá uno de los estrenos más esperados del año. The Dark Knight Rises, la tercera entrega de la trilogía que Christopher Nolan ha compuesto basándose en el personaje creado por Bob Kane y Bill Finger (aunque este último nunca aparezca en los créditos como tal, por infames cuestiones contractuales).
Dada mi fascinación por el Hombre Murciélago, voy a ser tremendamente pesado con este tema (sí, más incluso que con la Eurocopa, y mira que es difícil). Si a eso le unes que Nolan ha conseguido con las dos películas anteriores de la saga, hacer por fin algo a la altura de los comics del personaje, y que he visionado los diferentes tráilers de esta última entrega una docena de veces, se puede decir que he acabado desarrollando una obsesión sin límite que me hace estar contando las horas hasta el día del estreno.
Para calmarme, escribiré un par de artículos con curiosidades varias sobre la saga, el personaje, y todo lo que tenga que ver con este estreno en concreto.
Advertencia 2: Este artículo en concreto puede contener algunos spoilers de The Dark Knight Rises. Digo "posibles" porque voy a elucubrar ciertas teorías sobre qué personajes pueden aparecer en la película. Esto lo hago porque soy muy guay, y porque me gusta presumir de lo mucho que sé sobre Batman... No, es broma, lo hago para que Ustedes (los que quieran) también participen en el debate, y así, cuando veamos la peli descubramos en qué cosas acertamos y en cuales fallamos. Sí, algo muy freak de Dios. De estas de necesitar que te metan una colleja, para que espabiles. Pero ¿y lo que disfrutaremos?
Advertencia 3: También mencionamos ciertos acontecimientos sucedidos en los comics originales de nuestro protagonista, y que bien podrían verse en el filme, de una manera o de otra.
Si lo prefieres, puedes posponer la lectura de esta entrada, hasta haber visto la cinta, para así poder reírte de las chorradas que he escrito sin tener ni puta idea de lo que hablo.
Bueno, si tras tres advertencias sigues leyendo, entonces ya es cosa tuya, así que luego no me toques los cojones quejándote de que te fusilé nada de la peli.
Vayamos a la yugular: Bane (Tom Hardy) será el nuevo villano, y ya en el trailer te avisan de que le hará mucha pupa a Batman. Y no estamos hablando de una roturita de fibras de nada, en los comics (comienzan los posibles spoilers)se puede ver cómo le rompe la espalda. Catwoman (Anne Hathaway), estará por ahí pululando, haciendo de ¿aliada? del hombre Murciélago. Pero hay ciertos aspectos misteriosos sobre la trama, que me atrevo a profetizar, aún a costa de una posible patinada.
Lo curioso de todo esto, ahora que al fin se acerca el estreno del filme, es el juego que se han traído desde Warner sobre los villanos que iban a aparecer. El primer cartel promocional de la película mostraba una silueta con un signo de interrogación: El símbolo inequívoco de uno de los enemigos más míticos de Batman, El Acertijo.
En su momento se llegó a hablar de Johnny Depp como encarnación del enigmático villano, pero quizá se debió más a un deseo de la masa, que tenía muy en mente al Jack Sparrow de Piratas del Caribe. Posiblemente pensaron que, al ser ambos personajes de cierto tono excéntrico,al bueno de Depp le vendría como anillo al dedo hacer de Acertijo. Luego se habló de Joseph Gordon-Levitt, pero parece que los que lo hicieron, mearon totalmente fuera del tiesto.
"Yo hubiera preferido otro villano", pensé en su momento. Pero recordé que Nolan, en colaboración con el gran Heath Ledger, habían creado en The Dark Knight (segunda película de esta última trilogía) la mejor versión de El Joker, no sólo cinematográficamente, sino en opinión de un servidor, la más notable desde que apareció por primera vez el personaje en los comics, sólo comparable con la realizada por Steve Engleheart y Marshall Rogers en los años 70. Si habían hecho eso con el Joker, que se antojaba un personaje difícil de afrontar por lo trillado que estaba, al ser el villano principal de la mitología batmaniana, y que además tenía un referente cinematográfico muy poderoso en la versión que Jack Nicholson hizo en Batman (1989), ¿qué no podían hacer con El Acertijo?
También recordé que habían ciertas cosas que me habían disgustado sobre el Ras Al Ghul que se mostraba en Batman Begins (2005), pero ya hablaremos detenidamente de eso en el siguiente post dedicado al Murciélago.
Y hablando de La Cabeza del Demonio, si algo tengo claro, es que el bueno de Ras volverá a personarse en esta saga. No sé si será una aparición breve, o digna de ser llamada secundaria. Pero volverá seguro. Warner sacó hace poco una nota de prensa con todos los filmes en los que estaba previsto la participación del actor Liam Neeson en 2012. Entre ellos estaba The Dark Knight Rises (a partir de ahora T.D.K.R). Como saben, pero voy a recalcar innecesariamente, Neeson fue el actor que encarnó a Ras Al Ghul en el primer filme de la nueva trilogía, así que no hay duda de que el temible cerebro terrorista volverá a cruzarse en nuestra mirada. Y no estará solo.
Éste es, posiblemente, el punto más caliente de los debates que están surgiendo estos días sobre las posibles tramas de la película. ¿Saldrá Thalia Al Ghul, la hija de Ras, en el filme? y si es así, ¿Será Marion Cotillard quien la interprete?
Mi respuesta a las dos preguntas es SÍ, SÍ y SÍ... Vale, el último "sí" sobra, pero es para enfatizar. Igual me trago mis palabras, pero lo veo clarísimo. En la ficha de la película que se puede ver en la web IMDB, hay un personaje denominado "Young Thalia Al Ghul", así que su aparición es segura. Y en el trailer, Marion Cotillard luce el pelo del mismo color castaño rojizo que Thalia en los comics. Aparte, hay que recordar que el Ras Al Ghul que sale en Batman Begins se hace llamar al principio Remy Ducard, y es de origen francés. Asociando esto a la propia nacionalidad de Cotillard, podríamos pensar que interpretará a la Hija del Demonio. Warner anuncia a su personaje con el nombre de Miranda Tate, pero no me cabe duda de que es una maniobra similar a la que hicieron con Neeson al llamarlo Ducard (Recuerden que, hasta el mismo estreno del filme, todo el mundo creía que Ras iba a ser representado por el actor japonés Ken Watanabe).
Sólo hay algo que me hace dudar. En Knightfall, la saga de cómic original en la que se da a conocer Bane (ojo que ahora vienen los spoilers más duros), éste rompe la espalda a Batman. Bruce Wayne cede el manto del murciélago (explicar a quién y cómo terminaría eso, nos llevaría más de cinco párrafos, así que vamos a dejarlo para otro día), y emprende su recuperación física y moral, ayudado por la misteriosa Lady Shiva. Aunque no creo que Cotillard vaya a encarnar a Shiva, dados los orígenes orientales del personaje, puede que la tal Miranda Tate cumpla la función de ella en la película de Nolan.
O... ¿por qué no? puede ser que Thalia Al Ghul sea la persona que ayude a Batman a recupersarse. Hay una cuestión muy importante aquí, que los que no conozcan bien los comics de Batman no saben sobre Ras Al Ghul. Es alguien que, en varias ocasiones, vuelve literalmente de la muerte, gracias a que su cuerpo es depositado en las llamadas Fosas de Lázaro. Conociendo el afán hiperrealista de Nolan, no creo que las fosas en sí se vean en T.D.K.R, pero seguro que el bueno de Ras y su hija tienen algo que ver en la recuperación física de Bruce Wayne.
Hay que tener en cuenta un aspecto: Ras es quien, tomando como discípulo a Bruce Wayne, da aliento al nacimiento del Hombre Murciélago en Batman Begins. Dado que T.D.K.R. pretende cerrar la trilogía, no me extrañaría nada que fuera el propio Ras quien diera pie a su Renacimiento (Rise).
El otro punto caliente, aunque menos, es qué papel juega Joseph Gordon Levitt en toda esta historia. El rumor más candente es que será el nuevo Robin, aunque en su día se habló de que él sería el encargado de dar vida a El Acertijo. Ahora parece imposible esta última posibilidad, pero Nolan siempre nos la juega cuando nos confiamos, así que no la descarto. Quizá sólo se trate del policía John Blake, tal y como sale en todas las fichas.
En este sentido veo complicado que se trate de Robin, ya que no creo que sea un personaje del agrado de Nolan. Es más, nunca ha sido un personaje del agrado de los que quieren mostrar la vena más oscura de Batman. Robin es, de por sí, un personaje alegre, creado por Bill Finger para contrastar con el carácter doliente y áspero del Hombre Murciélago. No obstante, Nolan cerrará su participación en la franquicia con esta película, así que quizá le apetezca terminar de una forma más luminosa, y la irrupción final del chico maravilla (porque no creo que salga antes) le ayudaría a eso.
Hay otro dato que me hace inclinarme hacia Gordon Levitt como futuro Robin. Aunque el nombre John Blake no está asociado a ninguno de los personajes que han vestido el traje rojiverde (por orden cronológico serían Dick Grayson, Jason Todd, Tim Drake y Damian Wayne), sí que es cierto que el primer Robin de la historia (Grayson), dejó de serlo y se convirtió en Nightwing. Acto seguido, se fue a vivir a otra ciudad, Bludhaven, y comenzó a trabajar de... Policía. Ahí lo dejo.
Hay otra opción, pero reconozco que ésta es mucho más rebuscada. Batman cedió el manto del murciélago al mencionado Dick Grayson en dos ocasiones. Una, precisamente después de que terminase la saga Knightfall. Y otra, la más actual, cuando las aventuras del Caballero Oscuro están siendo guionizadas por el célebre Grant Morrison (aunque a día de hoy el propio Wayne vuelve a ser el murciélago, todo está demasiado embarullado en las colecciones americanas del personaje). Ya en la segunda parte de la trilogía de Nolan, se menciona el hecho de que la persona que está detrás de Batman no debe tener semejante poder demasiado tiempo, por riesgo a corromperse. No me extrañaría que este tal John Blake, al que se muestra en el trailer como un admirador del héroe, acabe siendo el mismo una nueva encarnación del Señor de la Noche.
Otros rumores van encaminados hacia la posible reaparición de algunos villanos que ya salieron en los otros dos filmes, como Espantapájaros, o posiblemente el Joker. Este último lo dudo mucho, debido a la muerte prematura de Heath Ledger. Nolan sabe que, al contrario que sucediera con Rachel Dawes (personaje al cual interpretaron dos actrices diferentes sin que esto preocupara lo más mínimo al espectador), en el caso del príncipe de los payasos, el público tiene demasiado presente la icónica imagen del difunto actor australiano. Habrá que ver cómo resuelven la situación, puesto que en los comics (y el trailer parece señalar que los tiros irán por ahí), Bane libera a todos los presos de Arkham Asylum. Joker, como bien sabéis, fue encerrado allí, al final de The Dark Knight. Y el Espantapájaros también. De todas formas, aunque han ido a razón de tres villanos por filme (Rupert Thorne, Espantapájaros, y Ras Al Ghul en la primera; Joker, Dos Caras y someramente Maroni en la segunda), y que sólo tres de ellos podrían denominarse suficientemente "Locos" como para entrar en Arkham (Espantapájaros, Joker, y el poco probable, por difunto, Dos Caras), parece que Bane tendrá que conformarse con liberar a los presos de Blackgate. De hecho, Nolan le ha dado un protagonismo al Centro Penitenciario de Gotham como nunca había aparecido en los comics.
Lo que es seguro es que Gotham será, una vez más, uno de los protagonistas destacados. Ciudad Ficticia donde las haya, nunca fue tan real como en esta saga del Murciélago. Lo que hemos visto en estas dos entregas, y veremos confirmado en la última, es a Gotham como reflejo de la humanidad que clama por un héroe. Una ciudad moralmente al borde del abismo, que necesita de su Caballero Oscuro para evitar caer en el mismo. La ciudad Gótica se antoja como un trasunto idealista de las sociedades avanzadas de este mundo, que no tienen la suerte de ser vigiladas por un guardián nocturno.
Y de lo que no hay duda, es de que pasaremos un buen rato viendo esta película, sean ciertos o no los rumores que han salido, y que saldrán hasta el mismísimo día del estreno.
Dada mi fascinación por el Hombre Murciélago, voy a ser tremendamente pesado con este tema (sí, más incluso que con la Eurocopa, y mira que es difícil). Si a eso le unes que Nolan ha conseguido con las dos películas anteriores de la saga, hacer por fin algo a la altura de los comics del personaje, y que he visionado los diferentes tráilers de esta última entrega una docena de veces, se puede decir que he acabado desarrollando una obsesión sin límite que me hace estar contando las horas hasta el día del estreno.
Para calmarme, escribiré un par de artículos con curiosidades varias sobre la saga, el personaje, y todo lo que tenga que ver con este estreno en concreto.
Advertencia 2: Este artículo en concreto puede contener algunos spoilers de The Dark Knight Rises. Digo "posibles" porque voy a elucubrar ciertas teorías sobre qué personajes pueden aparecer en la película. Esto lo hago porque soy muy guay, y porque me gusta presumir de lo mucho que sé sobre Batman... No, es broma, lo hago para que Ustedes (los que quieran) también participen en el debate, y así, cuando veamos la peli descubramos en qué cosas acertamos y en cuales fallamos. Sí, algo muy freak de Dios. De estas de necesitar que te metan una colleja, para que espabiles. Pero ¿y lo que disfrutaremos?
Advertencia 3: También mencionamos ciertos acontecimientos sucedidos en los comics originales de nuestro protagonista, y que bien podrían verse en el filme, de una manera o de otra.
Si lo prefieres, puedes posponer la lectura de esta entrada, hasta haber visto la cinta, para así poder reírte de las chorradas que he escrito sin tener ni puta idea de lo que hablo.
Bueno, si tras tres advertencias sigues leyendo, entonces ya es cosa tuya, así que luego no me toques los cojones quejándote de que te fusilé nada de la peli.
Vayamos a la yugular: Bane (Tom Hardy) será el nuevo villano, y ya en el trailer te avisan de que le hará mucha pupa a Batman. Y no estamos hablando de una roturita de fibras de nada, en los comics (comienzan los posibles spoilers)se puede ver cómo le rompe la espalda. Catwoman (Anne Hathaway), estará por ahí pululando, haciendo de ¿aliada? del hombre Murciélago. Pero hay ciertos aspectos misteriosos sobre la trama, que me atrevo a profetizar, aún a costa de una posible patinada.
Bane rompe la espalda al Murciélago (viñeta del Nº 597 de Batman, EEUU) |
En su momento se llegó a hablar de Johnny Depp como encarnación del enigmático villano, pero quizá se debió más a un deseo de la masa, que tenía muy en mente al Jack Sparrow de Piratas del Caribe. Posiblemente pensaron que, al ser ambos personajes de cierto tono excéntrico,al bueno de Depp le vendría como anillo al dedo hacer de Acertijo. Luego se habló de Joseph Gordon-Levitt, pero parece que los que lo hicieron, mearon totalmente fuera del tiesto.
"Yo hubiera preferido otro villano", pensé en su momento. Pero recordé que Nolan, en colaboración con el gran Heath Ledger, habían creado en The Dark Knight (segunda película de esta última trilogía) la mejor versión de El Joker, no sólo cinematográficamente, sino en opinión de un servidor, la más notable desde que apareció por primera vez el personaje en los comics, sólo comparable con la realizada por Steve Engleheart y Marshall Rogers en los años 70. Si habían hecho eso con el Joker, que se antojaba un personaje difícil de afrontar por lo trillado que estaba, al ser el villano principal de la mitología batmaniana, y que además tenía un referente cinematográfico muy poderoso en la versión que Jack Nicholson hizo en Batman (1989), ¿qué no podían hacer con El Acertijo?
También recordé que habían ciertas cosas que me habían disgustado sobre el Ras Al Ghul que se mostraba en Batman Begins (2005), pero ya hablaremos detenidamente de eso en el siguiente post dedicado al Murciélago.
Y hablando de La Cabeza del Demonio, si algo tengo claro, es que el bueno de Ras volverá a personarse en esta saga. No sé si será una aparición breve, o digna de ser llamada secundaria. Pero volverá seguro. Warner sacó hace poco una nota de prensa con todos los filmes en los que estaba previsto la participación del actor Liam Neeson en 2012. Entre ellos estaba The Dark Knight Rises (a partir de ahora T.D.K.R). Como saben, pero voy a recalcar innecesariamente, Neeson fue el actor que encarnó a Ras Al Ghul en el primer filme de la nueva trilogía, así que no hay duda de que el temible cerebro terrorista volverá a cruzarse en nuestra mirada. Y no estará solo.
Thalia besando a Batman, una de las viñetas más míticas de la Historia del Caballero Oscuro |
Mi respuesta a las dos preguntas es SÍ, SÍ y SÍ... Vale, el último "sí" sobra, pero es para enfatizar. Igual me trago mis palabras, pero lo veo clarísimo. En la ficha de la película que se puede ver en la web IMDB, hay un personaje denominado "Young Thalia Al Ghul", así que su aparición es segura. Y en el trailer, Marion Cotillard luce el pelo del mismo color castaño rojizo que Thalia en los comics. Aparte, hay que recordar que el Ras Al Ghul que sale en Batman Begins se hace llamar al principio Remy Ducard, y es de origen francés. Asociando esto a la propia nacionalidad de Cotillard, podríamos pensar que interpretará a la Hija del Demonio. Warner anuncia a su personaje con el nombre de Miranda Tate, pero no me cabe duda de que es una maniobra similar a la que hicieron con Neeson al llamarlo Ducard (Recuerden que, hasta el mismo estreno del filme, todo el mundo creía que Ras iba a ser representado por el actor japonés Ken Watanabe).
Sólo hay algo que me hace dudar. En Knightfall, la saga de cómic original en la que se da a conocer Bane (ojo que ahora vienen los spoilers más duros), éste rompe la espalda a Batman. Bruce Wayne cede el manto del murciélago (explicar a quién y cómo terminaría eso, nos llevaría más de cinco párrafos, así que vamos a dejarlo para otro día), y emprende su recuperación física y moral, ayudado por la misteriosa Lady Shiva. Aunque no creo que Cotillard vaya a encarnar a Shiva, dados los orígenes orientales del personaje, puede que la tal Miranda Tate cumpla la función de ella en la película de Nolan.
O... ¿por qué no? puede ser que Thalia Al Ghul sea la persona que ayude a Batman a recupersarse. Hay una cuestión muy importante aquí, que los que no conozcan bien los comics de Batman no saben sobre Ras Al Ghul. Es alguien que, en varias ocasiones, vuelve literalmente de la muerte, gracias a que su cuerpo es depositado en las llamadas Fosas de Lázaro. Conociendo el afán hiperrealista de Nolan, no creo que las fosas en sí se vean en T.D.K.R, pero seguro que el bueno de Ras y su hija tienen algo que ver en la recuperación física de Bruce Wayne.
Si ella no es Thalia, no sé quién más puede serlo |
El otro punto caliente, aunque menos, es qué papel juega Joseph Gordon Levitt en toda esta historia. El rumor más candente es que será el nuevo Robin, aunque en su día se habló de que él sería el encargado de dar vida a El Acertijo. Ahora parece imposible esta última posibilidad, pero Nolan siempre nos la juega cuando nos confiamos, así que no la descarto. Quizá sólo se trate del policía John Blake, tal y como sale en todas las fichas.
En este sentido veo complicado que se trate de Robin, ya que no creo que sea un personaje del agrado de Nolan. Es más, nunca ha sido un personaje del agrado de los que quieren mostrar la vena más oscura de Batman. Robin es, de por sí, un personaje alegre, creado por Bill Finger para contrastar con el carácter doliente y áspero del Hombre Murciélago. No obstante, Nolan cerrará su participación en la franquicia con esta película, así que quizá le apetezca terminar de una forma más luminosa, y la irrupción final del chico maravilla (porque no creo que salga antes) le ayudaría a eso.
Hay otro dato que me hace inclinarme hacia Gordon Levitt como futuro Robin. Aunque el nombre John Blake no está asociado a ninguno de los personajes que han vestido el traje rojiverde (por orden cronológico serían Dick Grayson, Jason Todd, Tim Drake y Damian Wayne), sí que es cierto que el primer Robin de la historia (Grayson), dejó de serlo y se convirtió en Nightwing. Acto seguido, se fue a vivir a otra ciudad, Bludhaven, y comenzó a trabajar de... Policía. Ahí lo dejo.
Si se confirma la aparición del Chico Maravilla, esta puede ser la versión a la que recurra Nolan, un traje mucho más realista que el que todos conocemos, enseñando pierna. |
Hay otra opción, pero reconozco que ésta es mucho más rebuscada. Batman cedió el manto del murciélago al mencionado Dick Grayson en dos ocasiones. Una, precisamente después de que terminase la saga Knightfall. Y otra, la más actual, cuando las aventuras del Caballero Oscuro están siendo guionizadas por el célebre Grant Morrison (aunque a día de hoy el propio Wayne vuelve a ser el murciélago, todo está demasiado embarullado en las colecciones americanas del personaje). Ya en la segunda parte de la trilogía de Nolan, se menciona el hecho de que la persona que está detrás de Batman no debe tener semejante poder demasiado tiempo, por riesgo a corromperse. No me extrañaría que este tal John Blake, al que se muestra en el trailer como un admirador del héroe, acabe siendo el mismo una nueva encarnación del Señor de la Noche.
Otros rumores van encaminados hacia la posible reaparición de algunos villanos que ya salieron en los otros dos filmes, como Espantapájaros, o posiblemente el Joker. Este último lo dudo mucho, debido a la muerte prematura de Heath Ledger. Nolan sabe que, al contrario que sucediera con Rachel Dawes (personaje al cual interpretaron dos actrices diferentes sin que esto preocupara lo más mínimo al espectador), en el caso del príncipe de los payasos, el público tiene demasiado presente la icónica imagen del difunto actor australiano. Habrá que ver cómo resuelven la situación, puesto que en los comics (y el trailer parece señalar que los tiros irán por ahí), Bane libera a todos los presos de Arkham Asylum. Joker, como bien sabéis, fue encerrado allí, al final de The Dark Knight. Y el Espantapájaros también. De todas formas, aunque han ido a razón de tres villanos por filme (Rupert Thorne, Espantapájaros, y Ras Al Ghul en la primera; Joker, Dos Caras y someramente Maroni en la segunda), y que sólo tres de ellos podrían denominarse suficientemente "Locos" como para entrar en Arkham (Espantapájaros, Joker, y el poco probable, por difunto, Dos Caras), parece que Bane tendrá que conformarse con liberar a los presos de Blackgate. De hecho, Nolan le ha dado un protagonismo al Centro Penitenciario de Gotham como nunca había aparecido en los comics.
Lo que es seguro es que Gotham será, una vez más, uno de los protagonistas destacados. Ciudad Ficticia donde las haya, nunca fue tan real como en esta saga del Murciélago. Lo que hemos visto en estas dos entregas, y veremos confirmado en la última, es a Gotham como reflejo de la humanidad que clama por un héroe. Una ciudad moralmente al borde del abismo, que necesita de su Caballero Oscuro para evitar caer en el mismo. La ciudad Gótica se antoja como un trasunto idealista de las sociedades avanzadas de este mundo, que no tienen la suerte de ser vigiladas por un guardián nocturno.
La Gotham City de esta trilogía es la más real que se ha visto hasta ahora en el cine. |
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