Hace poco, leí en la revista online Jot Down, una maravillosa entrevista a Jorge Valdano, realizada por mi admirado Enric González. En ella, parafraseaba al Gran Alfredo Di Stéfano: "para destruir sólo hace falta un martillo y para construir hace falta mucha inteligencia y esfuerzo".
A base de inteligencia, esfuerzo, y por qué no decirlo, de aguantar todas las críticas habidas y por haber, Luis Aragonés construyó La Roja. No sólo se inventó el término, ya que, aunque muchas hinchadas de otros países utilizaban la tonalidad de las camisetas de sus selecciones como arenga para animar a los jugadores que les representaban ("les Bleus" en Francia, la "Azzurra" en Italia, o la "Albiceleste" en Argentina), a España la conocíamos simplemente como "La Selección". Eso no fue relevante. Al fin y al cabo, hubo una época en la que les llamaban "La Furia Roja". No hay tanta diferencia entre ambos términos, si acaso un matiz.
Sin embargo, Luis le dio algo que hasta entonces no tenía: Un estilo. El Tiki Taka que pregonaba Andrés Montes. El ansia por poseer el balón y manejarlo a su antojo. El tejer una tela enmarañada de pases cuyo destino era, más pronto que tarde, perforar la portería contraria. El presionar lo más arriba posible para robar el balón cuanto antes, y en una posición ventajosa. Un sistema infalible, tanto ofensiva como defensivamente, ya que los nuestros atacaban siempre, y los contrarios ni siquiera olían la pelota. La guinda del pastel llegaba siempre en los últimos veinte minutos del partido, cuando el rival se convertía en un ejército de zombies incapaz de moverse sin sufrir una arritmia muscular. Luis no fue el primero en ponerlo en práctica, pero sí el pionero en utilizarlo para el combinado Nacional. Para ello tuvo que romper con todo lo establecido, dejando fuera a gente que, hasta entonces, era intocable. Una vez que llegaron a la Eurocopa de Austria y Suiza en 2008, el sistema explotó.
La segunda parte de la semifinal que jugó España contra Rusia, es la mayor exhibición de juego que ha visto el fútbol internacional desde los tiempos de la Brasil de Tostao, Jairzinho, Pelé y compañía. Hay quién dice que la mayor que han visto en su vida, y a todos los niveles. La final contra Alemania, a pesar del corto resultado (1-0), fue otro espectáculo de similares dimensiones.
Muchos se esfuerzan en remarcar que el juego de España le debe mucho al estilo del Barça. No les falta razón. Pero hay que puntualizar un aspecto que muchos han olvidado (o han pretendido olvidar). Fue Luis Aragonés quien, pese al clamor popular (del que reconozco formé parte), que insistía en la necesidad de volver a convocar a figuras madridistas que habían hecho más méritos aquel año que los Iniesta, o los Xavi (no olvidemos que el Barça acababa de perder la liga de forma lamentable), decidió seguir puliendo su estilo, y el desarrollo de éste dependía de esos locos bajitos del Barça. Luego llegó Guardiola al banquillo culé, explotando muchas de las perlas que había en la Masía. Y arrasó.
Vicente del Bosque, que después de la marcha de Aragonés, asumió el cargo de seleccionador con afán continuista (no era de extrañar, puesto que el juego de toque fue su sello durante los años en los que entrenó al Real Madrid de los Zidanes y Pavones), se benefició de esto. A las ya consagradas figuras de Xavi, Iniesta y Puyol, sumó la de Piqué, y sobre todo, la de Busquets, que se convirtió en uno de los ejes inamovibles de su planteamiento. De hecho, la medular compuesta por el propio Sergio y Xabi Alonso, fue la única variante que Del Bosque aplicó al estilo creado por Luis, que gustaba de jugar con un solo pivote.
Siendo fiel a su nueva versión, la de La Roja, y reforzada por las nuevas incorporaciones barcelonistas, España consiguió proclamarse campeona del mundo en Sudáfrica. Pero, para ser justos, el Barça le debe tanto a la Selección Española, como la Selección Española al Barça. Y si no, que se lo pregunten a Xavi.
Quizá por esta razón, vitaminada mediante el periodismo amarillista que reina en la Nación, donde impera el bipartidismo deportivo (o eres del Barça, o eres del Madrid), han surgido varias corrientes contrarias a ciertos aspectos del juego que despliegan nuestros seleccionados. Es verdad que en esta Eurocopa 2012, el ataque del combinado español ha tenido menos fluidez, y sobre todo, menos mordiente, que en otras ocasiones. No por ello ha perdido efectividad. El tiki taka sigue matando suavemente a sus rivales, que acaban los partidos agonizando hasta que los de Del Bosque dan el toque de gracia. Pasó contra Croacia, y sobre todo contra Francia, que no fue un enemigo a la altura del conflicto de los cuartos de final. Pero en semifinales, Portugal se mostró inmune al embrujo de La Roja durante los noventa minutos reglamentarios. Y cuando por fin, bien entrada la prórroga, cedió al dominio Español, a estos no les dio tiempo de clavar la puntilla. La suerte de los penaltis se decidió por nosotros. Pero estuvimos cerca de caer.
Lo cierto es que, la decisión de Del Bosque de no jugar con un delantero centro fijo, para dar cabida a la mayor parte de los extraordinarios centrocampistas que tiene en plantilla (aparte de los ya mencionados están Silva, Cesc, y Mata como suplente de auténtico lujo), está trayendo de cabeza a más de un "seleccionador". Y digo esto, porque como es sabido, en España hay 45 millones de entendidos en fútbol, ídem de seleccionadores.
En el resto del mundo, comienzan a llamar al estilo futbolístico patrio el "toquenaccio", aludiendo al aburrimiento de su propuesta, puesto que acapara toda la posesión del balón, y ni marca goles, ni deja marcarlos. La verdad es que esta es la peor versión de España desde que Luis la reinventara hace unos años. Pero no creo que se deba a un factor exclusivamente propio. Ya en el mundial de Sudáfrica, se pudo ver que la Selección Ibérica tenía tremendos problemas para adelantarse en el marcador. ¿Cómo no iba a tenerlos, si todos los combinados con los que iban encontrándose, eliminatoria tras eliminatoria, formaban defensa militarmente en torno a su propia área?
La diferencia en aquellos casos la marcó el goleador histórico de nuestra selección: David Villa. Si Xavi e Iniesta son los creadores de la magia de este equipo, Villa es su ejecutor. El hombre decisivo por excelencia. Siempre que un partido se atascaba, aparecía el Asturiano para dejar las cosas en su sitio. Cuando no era el autor del único gol del encuentro, lo que conseguía era marcar el primero, y de ese modo, dar paso a la tranquilidad de sus compañeros. Esto es algo que hace diferente a la Roja de otros equipos: Que la tranquilidad de un resultado favorable no la hace más débil, sino más peligrosa. Mucho más peligrosa. Porque es entonces cuando los Magos comienzan a tejer la telaraña mediocampista con tino, con paciencia asesina, hasta rematar la faena. Y si no la rematan, ofrecen un espectáculo digno de los dioses, capaz de frustrar los sueños de sus enemigos, que acaban siendo como el toro que embiste con furia desatada, sin comprender por qué, de repente, se encuentra en esa plaza llena de gente, burlado por un extraño Ser de andares gráciles y destellos brillantes.
Pero Villa no consiguió recuperarse de su lesión en la tibia. Y, perdónenme los atléticos (que lo defienden aún cuando hace años que abandonó el equipo colchonero), Torres no es Villa. Es un gran jugador. Pero no es tan decisivo. Mientras que el de Tuilla apenas necesita media oportunidad para marcar gol (y lo de "media" no es retórica, para muestra un botón), Torres necesita, como mínimo, cinco o séis. Y ojo, que cuando están juntos, no hay pareja más peligrosa. Torres hace todo el trabajo sucio de abrir espacios para que Villa reviente las porterías, pero como "Nueve" único de la selección, no está siendo tan incisivo. Cesc, jugando menos minutos que él, ha marcado los mismos goles, y encima ha dado una asistencia.
Y esto lo recalco para que los "seleccionadores" que critican a Del Bosque la no utilización de un "Nueve" puro reflexionen. Lo cierto es que, lo admitan o no, España siempre jugó mejor en esta Eurocopa con los mediocampistas en la cancha. Sí, con el cacareado y denostado "Falso Nueve". Tuvimos tantos problemas para marcar gol con Torres en pista, como con Cesc en su posición, con la diferencia de que entonces jugaban mejor. Lo único que habría que reprocharle a Del Bosque es que no utilizara más las bandas, ya que la mejor versión de la selección, los quince últimos minutos de la prórroga contra Portugal, fue con Pedro y Navas en los extremos.
También habría que reprocharle cierta falta de garra en su propuesta (y esta es otra de las razones por las que la comparación con el Barça me chirría). No se entiende por qué en esta Eurocopa los jugadores no están presionando más arriba a sus contrarios. Es una parte esencial de este sistema, robar el balón lo antes posible y en la posición más adelantada que puedan (ya lo dijimos antes). Para poseer la pelota hay que robarla. Tuvimos suerte en la fase de grupos, y en cuartos contra Francia, que nos la cedieron gratis. Pero cuando Portugal se presentó en el Donbass Arena con el propósito de disputarnos la posesión de balón, tuvimos serios problemas, porque no existió esa presión arriba.
No obstante, nada de eso puede servir como excusa a las críticas desproporcionadas de los "seleccionadores" de nuestro País hacia el verdadero Seleccionador (con mayúscula y sin comillas), Vicente Del Bosque. No sé cómo acabará esta Eurocopa. No sé si España, por fin, nos ofrecerá su mejor versión, o si Italia nos pasará por encima con su reluciente nuevo estilo (que debe mucho al de La Roja). Lo que sí sé es que sería de idiotas utilizar el martillo ahora, cuando, pase lo que pase mañana, tenemos una selección que ha hecho Historia en el fútbol mundial. Una Eurocopa, un Mundial, y una final de Eurocopa, en séis años, es una proeza en el fútbol de hoy en día, donde los ciclos apenas duran tres, o cuatro años (ni siquiera Guardiola, con sus 14 títulos, fue inmune a eso).
Han hecho falta ocho años (desde que llegó Luis, en 2004) de mucha inteligencia y esfuerzo para conseguir esto. Así que, a los del martillo, métanselo por donde les quepa.
Bueno, hay una norma que me impongo por la cual la extensión de mi comentario ha de ser inversamente proporcional a la extensión del objeto comentado.
ResponderEliminarDicha esta soplapollez estival -que no obstante pretendo cumplir- sólo diré lo siguiente:
Me siento aludido como uno de los cuarenta y pico millones de "seleccionadores".
Me quito el cráneo ante D. Vicente del Bosque, como diría Don Latino a Max Estrella. Ha demostrado una vez más que es un estratega como la copa de un pino y reconozco que los hechos le han dado la razón en todos los aspectos importantes.
Sin embargo, creo que afortunadamente para él y para la historia del fútbol, lo único que se recordará de aquí a unos años del periplo de nuestra selección en esta Eurocopa será la maravillosa final. Se lo merecen por ganar y estoy de acuerdo.
Ahora bien, como seleccionador de pacotilla que admito ser sin que se me caigan los anillos que no tengo por ello, disiento de tu análisis acerca de que una de las claves haya sido la ausencia de Villa. Creo que más importante es lo que comentas justo en el siguiente párrafo acerca de la menor intensidad defensiva en la línea de vanguardia.
Y eso, sumado a la ausencia de un nueve, da como resultado lo que se ha visto en todos los partidos salvo en un rato de la segunda parte del primer Italia-España, la prórroga del España-Portugal y la inolvidable final. Dejo el partido de Irlanda aparte por razones obvias.
A mí me encanta el estilo de España de los dos últimos campeonatos porque en él se imbrican el deseo de controlar la pelota y el objetivo de marcar. Haciendo un símil casi tan chungo como la peli que mencionaré, es la estrategia de Rocky Balboa para ganar a Clubber Lang en la tercera entrega de la serie. Dominar, bailar, cansar y... ¡zas! golpear sin piedad.
Pero en éste último no ha habido nada de golpeo. El partido ante Croacia fueron quince asaltos de baile sin golpes en el que España venció en los puntos.
España ha ganado. Vicente del Bosque al tiempo que ha agrandado su palmarés ha cerrado muchas bocas -entre ellas la mía- y ha añadido a 45 millones de "seleccionadores" el título "de pacotilla". Me quedo con la final y otros pocos momentos buenos. Don Vicente me ha dejado KO.
Es de caballeros admitir lo que Usted está admitiendo ahora, Don Juan Manuel.
ResponderEliminarDe hecho, le hago saber que, de todos los seleccionadores que ví por aquí, Usted es el único con los "bemoles" suficientes para reconocer que Vicente sabía lo que hacía.
Me va a perdonar, pero mi respuesta a su comentario no estará a la altura en cuanto a tamaño. Pero vaya con él mi respeto.
Le tacho de la lista de "seleccionadores" jejejeejeje si bien, admito que, aunque apoyara a Del Bosque, también me encontraba entre ellos ;)